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Al hilo de los circos...sin animales, no me negaréis la belleza de espectáculos como los del Circo del Sol ; o la elegancia de circos de finales del XIX y principios del XX. Leí un libro, Chiquita, de Antonio Orlando Rodríguez (Premio Alfaguara 2008), que te transportaba a la época dorada del circo. Es la biografía imaginaria de un personaje real: Espiridiona Cenda, una artista cubana de vaudeville, bailarina liliputiense (66cm), reina de los circos y teatros de Europa y Estados Unidos. De ella decía el New York Times un 24 de julio de 1896:\n\n
She is said to be a university graduate; she must be a believer in dress reform, for she doesn't wear even a stiff waist under her dainty, modish gowns. She can play, sing, and dance; she is the most graceful little lady imaginable, and she is only two feet in height. \n\nEl circo Roncalli es un ejemplo actual de lo que me evocó esta lectura. Un valor sometido a los rigores de la intimidad que un circo más pequeño conlleva, pero liberado de los fastos de circos con más poderío económico. \nGracia, delicadeza hasta en las más arriesgadas acrobacias, que te cortan la respiración. Risas hasta las lágrimas. \n\nY de aquí a otro Circo, más casero. El de Gavarnie , uno de los espectáculos visuales más grandiosos que hayan podido disfrutar estos ojillos que os leen. En los Pirineos franceses, un diámetro de unos seis km, roca calcárea que va del gris al rosa, muralla que se abre ante tus desbocados ojos para atraparte en su grandiosidad.Pertenece a Monte Perdido, el macizo calcáreo más alto de Europa. Atravesamos la Brecha de Rolando, dejando atrás Bujaruelo. Ruta que no exige extrema preparación técnica, pero sí material adecuado (sobre todo cuando te encuentras con cinco palmos de nieve...). Me repito, pero espectácular. Esta vez, naturalmente. \n\nY, qué se ve y se siente en el marco de esta "puerta" natural (que no lo es tanto, si creemos la leyenda...)????\n\n
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