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No es broma. Aunque, dadas las coletillas que suelen acompañar a los folletos que animan al turista a visitar cualquier rincón italiano, se podría suponer. \nAsí se llama el sendero que une Riomaggiore con Manarola, los dos primeros pueblos de los Cinque Terre:vía dell'amore. Romanticismo asegurado. Claro, si te lo traes de casa. \nEso sí, lo sientes más allí, quieras o no. Aunque solo sea por desprenderte de euro tras euro, coperto aquí, coperto allá, ticket para pasear, ticket para mirar... \n\nAgriedades aparte, es un sendero muy fácil (van desde avezados montañeros -entre las que yo creía contarme- hasta carritos de bebé empujados por padres con zapatos de tacón) que está trazado a la orilla del Mediterráneo, éste en todo su esplendor azul. Naturalmente, forma parte de la ruta Sendero Azzurro: qué otro nombre para la ruta es más obvio -y acertado- que Azzurro? y de ahí a Paolo Conte no hay más que un toque de tecla. \n\nPara terminar con las obviedades, qué puede esperarse el turista no avezado en estos lares, sino encontrarse con tales, dígamos, "cosas de otros"?:\n\n\n
 \n\nPor mucho que me devane los sesos, no acierto a entender al ser humano. Pero me queda mucho para intentarlo, espero. Por qué el candado para dejar constancia del amor? por qué hay que dejar constancia? \nOs propongo comentar en qué ciudades, rincones que creíamos paradisíacos, habéis visto los candados del "amor"? cuántos puentes, rejas, fuentes, habéis encontrado en vuestras rutas por el mundo, aserrados, anudados por cándados que envejecen o afean? \nNo es cuestión de amor libre. Es cuestión de amar en libertad. Hacen falta candados para amar?\n
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