Proverbio beduino, recogido por Labordeta en sus memorias: "Cada viaje es una victoria". \n\n\nAnte el hecho de que se haya ido quien dio voz a aquellos a quienes se les había negado o robado, la mía tiene que callarse, respetuosa y tiernamente. Porque si Labordeta ha sido la voz de Aragón , y seguirá siéndolo siempre, también ha sido un poco el abuelo de todos los que tuvimos la suerte de escucharle, de leerle, de aprender de él, de sentir y de cantar con él, en directo, una y otra vez, temas míticos como el que os copio.\n\nMucho se ha dicho sobre esta figura tan importante para Aragón y querido por cada uno de los que le respetamos y admiramos. Yo podría decir también mucho. Pero me quedo con algo de él: decente. La decencia es algo tan olvidado en nuestros días. Con su compromiso, su coherencia, su lucha por la democracia, la libertad, la justicia. Con su amor por la cultura, por la literatura, por su vida entregada a divulgar lo que estaba en sus manos, he aprendido todo lo que significa la palabra decencia. Dignidad. Coraje. \n\n\nSiendo aragonesa, no puedo menos que sentirme consternada ante la pérdida de la voz de Aragón. Poeta antes que músico. Profesor antes que político. Ciudadano antes que diputado. Gran hombre, gran amigo, gran persona. \n\nY un viajero incansable: recordaréis su trabajo en Un país en la mochila, recorriendo los rincones más desconocidos de nuestra geografía. \n\nSeguro que podéis cantar conmigo, algo como el Canto a la Libertad, su himno a la democracia, aún en tiempos de la dictadura. Un canto que, lamentablemente, todavía debemos cantar. \n\nOs animo a hacerle un pequeño homenaje y que contéis cuáles son vuestros recuerdos de este gran hombre, entrañable, mal hablado, sincero, tozudo, honesto, noble, como tantos aragoneses. \n\nCanto a la Libertad, José Antonio Labordeta\n\n\n\n\n
Habrá un día en que todos\nAl levantar la vista\n\nVeremos una tierra\n\nQue ponga libertad\n\n\nHermano aquí mi mano\n\nSerá tuya mi frente\n\nY tu gesto de siempre\n\nCaerá sin levantar\n\nHuracanes de miedo\n\nAnte la libertad\n\n\n\nHaremos el camino\n\nEn un mismo trazado\n\nUniendo nuestros hombros\n\nPara así levantar\n\nA aquellos que cayeron\n\nGritando libertad\n\n\n\nSonarán las campanas\n\nDesde los campanarios\n\nY los campos desiertos\n\nVolverán a granar\n\nUnas espigas altas\n\nDispuestas para el pan\n\n\n\nPara un pan que en los siglos\n\nNunca fue repartido\n\nEntre todos aquellos\n\nQue hicieron lo posible\n\nPara empujar la historia\n\nHacia la libertad\n\n\n\nTambién será posible\n\nQue esa hermosa mañana\n\nNi tú, ni yo, ni el otro\n\nLa lleguemos a ver\n\nPero habrá que empujarla\n\nPara que pueda ser\n\n\n\nQue sea como un viento\n\nQue arranque los matojos\n\nSurgiendo la verdad\n\nY limpie los caminos\n\nDe siglos de destrozos\n\nContra la libertad
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