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  • Servus!! Así se saludan los amigos y conocidos que se cruzan en la calle, pero también caminantes en las montañas bávaras y en general en todo el sur de Alemania y gran parte de Centroeuropa. \n\nOs saludo desde mi rincón alejado de la multitudinaria fiesta de la cerveza celebrada puntualmente en München (Munich españolizado) las dos últimas semanas de septiembre y los primeros días de octubre. A día de hoy, les quedan unas cinco duras jornadas de beber litros y litros de cerveza, que fluye por doquier (todo lo que entra tiene que salir), además de masticar cientos de salchicas con su correspondiente brezel, codillo (cerdo) y pollos asados.Para que os hagáis una idea, en el 2009 el consumo de cerveza se elevó a unos 7.000.000 de litros. Esta vez se celebran 200 años, así que...el pronóstico es terrible!\n\nLa culpa la tuvo un príncipe, Luis de Baviera, al casarse por este prado un 12 de octubre de 1810 con la prin­ce­sa Te­re­sa de Sach­sen-Hild­burg­hau­sen. Al convite fueron invitados todos los ciudadanos, y desde entonces hasta ahora se ha convertido en la fiesta popular más famosa y grande del mundo. \n\nTodo el mundo tiene una primera vez...en este caso, para mí fue la primera y última (tengo prohibida la vuelta...ya os enteraréis por qué). Vivir en Alemania y visitar la Wiesn (así se llama la fiesta en München) es una obligación para conseguir la total integración. A mí me costó, pero lo logré. La fiesta empieza temprano, por la mañana. Vestidos con el correspondiente dirndl ellas y ellos con lederhosen, avanzan entre atracciones, puestos de cerveza y pollos, salchichas y demás, saludando a gritos: Servus! Grüß! moin! y tschüs!\n\nEntran en las carpas gigantescas, pagando la correspondiente entrada, hasta que se llenan, cierran la puerta y se quedan ahí todo el día, agarrados y agarradas a su jarra de Maß (litro de cerveza) cantando, bailando y celebrando la amistad, la vida y lo que se tercie. \n\n"Wiesn" (prado en alemán), nada más acertado, puesto que me pareció, al finalizar el jolgorio, que los antes elegantes participantes se convertían en animales arrastrándose por la zona a cuatro patas como podían para alcanzar la parada del metro o el brazo de uno/a que consiguiera mantenerse en pie sin tropezar demasiado. Salvando a aquellos que se colgaban del hombro de los seguratas que, silbato en labio, se dedicaban durante agotadoras horas a echar a todos. Sí, sí, a golpe de silbato!! \n\nAnécdota de una no bebedora de cerveza: no alcanzada la meta de entrar en una carpa, nos sentamos en un hueco libre junto a unos turistas americanos, que también vestían el "uniforme" como el resto de los alegres -o más- participantes de la juerga, excepto nosotros -una siempre da la nota, y esta vez fue en do mayor. Ya había yo entrenado para conseguir pronunciar sin atragantarme (recién llegada a Germania) "Wiesn, brezl, Münschen...Oans, zwoa, drei gsuffa!"\ntraducido del bávaro al alemán que yo conocía "Eins, zwei, drei, getrunken!", es decir, uno, dos, tres, bebida!.\n\nSonriendo, integrándome, se me ocurrió pedir, al llegar la robusta camarera (que no resultó ser tal, sino una chica delgada, morena y peruana): "un vino, bitte". Habéis tenido alguna vez la sensación de que, en un sitio hace un segundo inundado de decibelios producidos por las voces de los cantarines cerveceros, se hace el silencio más pesado y todas las miradas se ciernen sobre vosotros? pues yo, sí. Pero para más cachondeo, al obtener un no silabeado de estupor por la camarera, me atreví con "un zumo, entonces". Me dieron por loca y se olvidaron de mí. Para evitar la marginación o algo peor, me atreví a pedir una clara. La camarera ya no se dignó ni en mirarme, atendiendo a mis compas que me giraban la cara aduciendo no conocer a esta ignominiosa ciudadana. \n\nSí, adivinasteis. Siendo la única sobria del lugar, tuve que colaborar en la "limpieza del prado" y llevarme cargado a mis espaldas al rubio, que declaró su amor universal por el mundo y en particular por mí. Eso sí, no sin antes haberme animado a mostrar un poco de pecho y labio sensual al segurata que vigilaba la última carpa abierta para que nos dejara entrar e intentar terminar la noche al más puro estilo bávaro en estas fechas: cogorza perdido. No tuvo que entrar. Ni pudo, claro (aunque creí ver la decepción en el rostro del segurata ante mi negativa a vender mis encantos por la última Maß).\n\nProst!!!
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  • 2010-09-28 07:29:20
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  • Servus!! 200 años de cerveza: Oktober Fest 2010!
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