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De todos es conocido la gran ventaja térmica de las casas cueva, excavadas en la roca, tienen una temperatura constante durante todo el año que ronda los 19 grados centígrados. Sin ningún elemento mecánico que mantenga esa temperatura la cueva se convierte en un buen hábitat preparado para tiempos de crisis.\n\nCuando el calor del verano cae inmisericorde en la calle, a la puerta de la cueva el calor da marcha atrás, en invierno sucede al contrario, la sensación de entrar en una cueva proporciona un placer sólo igualable a las viviendas acondicionadas con calefacción. La sensación de entrar en la primera habitación de una casa cueva desde la calle acredita la buena fama cosechada por estas viviendas. Por tanto no se me ocurre otra vivienda mejor adaptada a la nueva filosofía de viviendas bioclimáticas.\n\nEs por todo esto que las casas cueva están floreciendo dentro del mundo del turismo rural. Antaño consideradas con infraviviendas, ahora se restauran y se acondicionan para el viajero. Ofrecen una nueva forma de entender el turismo, integrando todas las comodidades de una casa rural tradicional, pero con el atractivo añadido de poder disfrutar de una vivienda que se lleva utilizando durante milenios. \n\nEn Granada, Jaén, Almería o Albacete, entre otras provincias, se está comenzando a ofrecer este tipo de alojamiento rural, como una alternativa que se integra dentro del entorno y que respeta el medio ambiente. \n\nEl viajero que se muestra a priori reacio a alojarse en este tipo de vivienda, cae rendido ante sus encantos y raramente no las recomienda o vuelve a ellas para disfrutar de sus cualidades y comodidades.\n\n\n\n
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