LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_CLOTILD1_2008_3_12_DESMENTIDOS

Siempre hay un momento espacio/tiempo al aterrizar en tu casa en el que no estás del todo metido en tu vida de nuevo y sin embargo ya no estás en tu viaje. Pero hay algo en tu cuerpo que sí que está aún ausente ; lo mismo pasa con tu mente. Aunque llegas con fuerzas renovadas que te permiten soñar tu vida de otra forma . Luego van pasando los minutos, las horas, para algunos los días ( depende de la duración del viaje, de lo alejado en kilómetros del mismo), en que retomas tus viejas costumbres, tus tics, tus amistades tal y como las dejaste, tu relación al mundo, a tu tiempo y ya nada de lo que habría sido posible queda. O sí. 

Yo llegué con la idea de que mi relación con el blog se limitaba a unos pocos amigos que me gustaría mantener e incluso algunos desconocidos que me encantaría guardar como lectores. Pero llegué también con la idea de que me había quedado vacía. Que aunque las comparaciones sean odiosas y aunque todos seamos diferentes, no daba el nivel. Y claro, ahora parece que haya que consolarme. La cuestión es que la única apreciación a la que uno atiende a veces es la de su propio pepito grillo. Y los pepitos grillos pueden ser unos mariconazos (políticamente incorrecto, mariconazo no va contra los homosexuales sino contra los hijos de puta, perdón por el lenguaje sexista, como coñazo, no es que no nos guste el coño, ¡que vivan los coños que nos parieron!). El pepito grillo bonaerense era una travesti con muy mala leche.( que las hay con buena, na que ver).

En definitiva, aquí ante tantos escritores amenos, divertidos, literarios, poetas, viajeros o de anécdotas alucinantes, una se siente pequeña. Y ser genial es casi imposible. Al menos todos los días. Perdonadme mi ausencia queridos amigos y conocidos. Yo también sufro de no poder daros lo vuestro, vuestra dosis de clo, ahora me llamo así ( huy, ¿qué me ha ocurrido en latinoamérica? ¿hablo de mí ya en tercera persona?). Sinceramente, ser la bloguera de la depresión no me parece factible, sigue sin parecérmelo. ¿Se puede no ser autocomplaciente si uno está desanimado? Sólo si se tiene sentido del humor. Tratemos de reirnos de mis tres semanas en Buenos Aires. Sólo si mi capacidad de transformar la experiencia, de lloros y risas, en anécdotas a contar está presente. Estuve con Jacqueline, la de la fotonovela del verano para los que me leíais entonces. También vivió una "no historia" de amor, aunque ésta algo más triste.

Seguiremos intentándolo, Patita, Bloody, Benno, Pat, al-quoque, los que me seguís o sois amigos, o me estáis reclamando que vuelva. Trataré de volver humildemente, sin pretender nada. ¡Si fuera capaz de hacer contable todos los malos rollos que me he tragao en Buenos Aires...! ¡Si fuera tan graciosa como vosotras y pudiera reirme.....! Pero claro, yo soy una señorita de Bilbao que se toma muy en serio a sí misma . Sobre todo desde que vivo en París, soy ama de casa, sus labores ( vaya usté a saber las labores dónde las he puesto), burguesa, que vive bien, que sí paga la hipoteca pero no mueve un dedo pa que ésta sea pagada. Soy una mujer del XIX en el XXI y eso, aparte de ser una rareza no es mucho más. Y además no me gusta viajar. Siempre estoy deseando volver. Si hay algo bueno del viajar es darse cuenta de lo bien que duerme uno en su propia cama. Bueno, lo de viajar es un decir. Trasladarse de una ciudad a otra, de un apartamento a otro con la familia no es tanto viajar sino desplazarse, aunque yo lo llamaría un acto de heroísmo femenino. Si es que yo ya os digo, soy del XIX. De la burguesía, por supuesto.