PropertyValue
opmo:account
is sioc:container_of of
sioc:content
  • Mi marido tenía un sueño: llevar a sus tres hijos ( y de paso a su mujer) a pasar la dos semanas de vacaciones de febrero a su ciudad natal, Buenos Aires. La razón: que su madre, mujer de una cierta edad y en un estado físico y mental un tanto desgraciado, pudiera disfrutar de nuestra compañía, se deleitara de nuevo con sus añorados nietitos.. \n\nEl caso es que alargamos las dos semanas a tres, robando dos días antes y dos después al calendario escolar y allí llegamos. Quiso la fortuna que mi marido, muy atento él, había previsto ayudas como las que cualquier dama latinoamericana precisa: una cocinera - lavadora - planchadora, que vendría de día y que es una de las que cuidan por turnos a su madre y que se liberaba en ese periodo para nosotros, y una chiquita joven, que estaría permanentemente ahí para que pudiéramos salir, para sacar a los niños (3) al parque o a la piscina, para cuidar al chiquito si debíamos separar a los niños.. Para que las nuestra fueran vacaciones, vaya. Teniendo en cuenta de que lo que cuesta tener una empleada en Buenos Aires es irrisorio para nuestros baremos . \n\nEl problema residió en que el casting para esa chiquita joven no se hizo más que por recomendaciones de personas que trabajan para otras y que llegó a nosotros a través de un amigo abogado de mi chico, entrado en la sesentena que sabe de niños y chicas que los cuidan lo mismo que yo de mecánica cuántica, es decir NADA. Por ejemplo, regla número uno, para estar conviviendo tres semanas con una familia en la que la señora soy yo, no vale cualquiera. Ese pequeño detalle se le escapó a todo el mundo. Ahí empieza mi pesadilla.\n\nLa señorita en cuestión, de nombre Carla, que nos esperaba ya en la casa (primer error) poseía todas esas cualidades que yo acierto a apreciar en una persona en una décima de segundo: primero, no era agraciada físicamente, tenía unos grandes melones de tamaño superior al mío propio si cabe, que mantenía permanentemente a la fresca en un escote generoso. Era una chica de barrio, de respuesta fácil y muchas veces no acorde con la realidad, que opinaba en voz alta de todo, y que sobre todo no tenía ni idea de para qué había venido a nuestro humilde hogar, o al menos eso fue lo que deduje día tras día, para gran sorpresa mía. La única cosa que tenía clara es lo que quería cobrar. Tampoco era alguien que supiera preguntar si tenía dudas de algo, ella iba al frente. Pero lo que más me sorprendió era su capacidad de rajcarse el brazo ostensiblemente (con ruido de uña larga) de forma que cada vez que lo hacía yo temía que nos contagiara algún tipo de enfermedad de la piel (por ejemplo , la sarna). Carla tenía difícil despertar y cuando lo hacía se estiraba con los brazos abiertos y el vientre afuera, incluso levantando su camiseta si yo no alcanzaba a ver bien lo que bajo la misma escondía y que durante el día teníamos el gusto de disfrutar. Llevaba modelos imposibles de pantaloncito y camiseta corta, que claro, si hubiese sido una chica más fina hubieran pasado más desapercibidos. Pero lo peor es que era un chica maleducada, mentirosa y muy segura de sí misma. Hasta el punto de no consultar conmigo nada de cómo debía proceder y echar palante ante todos los desafíos: que no había galletas para desayunar, pues hala, patatas fritas, o algo que el niño pensaba que lo eran. Sin complejos y de la bolsa. Y yo flipándolo y corrigiendo detrás. Me sorprendió también una cosa: cuando los primeros días daba cornflakes a los niños y León tenía la mala fortuna de hacer caer un bol o de tirarlo a propósito, ahí quedaba el asunto. Y todo el mundo pisaba encima. Hasta que llegaba yo a poner orden.Increíble. \n\nEl caso es que yo quedé un poco shockeada al llegar y encontrarme semejante elemento en el piso que habíamos alquilado pero claro, no podía saber todo lo que fui sabiendo a lo largo de los días. El primer o segundo día se permitió opinar de política y de Cristina Kischner. A ella no le gustaba, a pesar de que mi marido la hubiera votado pero no esperó a saber lo que opinábamos antes de dar su veredicto: " de esa tía no me fio un pelo, no le doy confianza alguna. Es una incapaz" anunció, solemne. Amén. Nosotros nos callamos, al fin y al cabo, mi marido es comunista. Lo que diga el pueblo.....hay que respetarlo. \n\nHay decir que en Argentina tener servicio en casa era algo que durante años hasta la clase media ( a la que pertenecía mi marido) podía permitirse pero las chicas eran como de la familia. Así que a veces se compartía mesa y conversación con ellas (en casa de mi marido comían todos juntos, que « paraeso eran rojos »). Esta Carla, treinta años después, decidió que pertenecía a mi familia (probablemente sin saber todo ésto, lo asumió como propio), se incrustaba en todos los planes de sentarse en la cocina a charlar, con las cuidadoras de la madre de mi marío, con lo que se creaban situaciones surrealistas como la descrita, hablando de política con la señorita pepis (que por cierto tenía solamente 19 añitos, aunque pa ciertas cosas sabía latín) junto a mi suegra, que está en babia permanentemente, las paraguayas, unas señoras de armas tomar, fuertes, listas, con carácter y mucha experiencia de la vida y de trabajo en ámbitos diversos.Y mi marío, claro, encantado entre tanta mujer. El problema es que yo no quería ser familia suya. Ni nada de nada.\n\nCarla era lo que en Argentina se llama una desubicada : alguien que no sabe estar en su sitio, que se mete en donde no le llaman. Ahí empecé yo a exilarme a mi habitación y comencé de nuevo a leer los blogs. Había algo en aquella persona que me molestaba. También se puede decir que era una chanta : alguien que se las da de algo, caradura, que te da gato por liebre, que manda fruta, que no es serio ( mandar fruta es decir cosas que no quieren decir nada, mentir, liar, embrollar).\n\nComo aquello no me gustaba empecé a tener mal carácter, no ser amable con casi nadie y a pelearme seguido con mi marido. Él al principio no comprendió y tomó mi actitud como un capricho. Para cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde y el jaleo estaba armado. Cada día me indignaba por algo nuevo, por la mañana había tensiones con el desayuno de León : no nos entendíamos y cualquier intento de explicar algo por mi parte no era bien aceptado por la suya. Yo puedo ser muy dura y muy mala pero ella no tenía problema : estaba dispuesta a aguantar hasta el final. Mis vacaciones estaban condenadas a estar compartidas con alguien que no te agrada y todo en aras de preservar una ley cuasi divina que dice que al que necesita trabajo hay que dárselo y que si no te adaptas es porque eres una quisquillosa y exigente. Que lo soy. Y tengo muy mala leche.\n\nUna semana antes de volver decidimos (decidió por fín él) echarla y justo esa noche mi marido se puso malo (no se podía mover de la cama). Nos entró el pánico de quedarnos solos, no podíamos hacer nada si se iba pues con quién dejábamos a los niños. En fin, que decidí retomar mi rol de señora, decir bien claro, aunque fuera repetitivo y todos los días, que tenía que hacer las camas, barrer el suelo y limpiar los baños ( actividades que le llevaban una hora al día). El resto era estar, a veces quedarse horas sola viendo la tele. Otras ayudar a bañar o mirar comer a los niños. Eso me devolvió mi dignidad pero quizá hizo que mi imagen de mala mujer quedara grabada para siempre. Claro que eso siempre desde el punto de vista de Carla.\n\nY todavía queda un último capítulo sobre Carla.\n\n\n(continuará)\n\nConclusión : cuidado con satisfacer los deseos de los maridos a cualquier precio. Pueden costarte el matrimonio. \nAunque él crea hacerte feliz, hay que decir claramente las cosas cuando no estás a gusto.\nCompartir vacaciones con un desconocido puede ser una pesadilla.Por mucho que se trate de ayuda, ésta a veces puede resultar pésima.\nAunque parezca machista, el hombre que se meta con sus cosas, que el tema chicas creo que me pertenece. ¿por qué?, porque tengo más ojo y sé darme cuenta de con quién puedo , quiero y debo dejar a mis hijos y a quién quiero aguantar.\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n
sioc:created_at
  • 2008-03-15 18:58:36
is sioc:creator_of of
is opmo:effect of
sioc:has_container
sioc:has_creator
sioc:has_reply
opmo:pname
  • http://lacomunidad.elpais.com/clotild1/2008/3/15/vacaciones-bonaerenses-frustradas- (xsd:anyURI)
sioc:title
  • Vacaciones bonaerenses frustradas.
rdf:type

Metadata

Anon_0  
expand all