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Hay junto a Dakar dos pequeñas islas, una más grande que la otra. La más grande se llama Gorée y la más chica Ngor. Aunque ambas islas tienen un parecido color y halo colonial, hoy me ocuparé de Gorée.\n\n\n\nGorée es en la actualidad patrimonio histórico de la humanidad y fue uno de los centros de comecio y salida de esclavos desde África hacia otros mundos (antiguos o nuevos). Aunque Senegal estuvo después bajo la colonia francesa, parece ser que esta isla primero comenzó bajo el dominio portugués, como también lo estaba Cabo Verde, no muy lejos de allí. Gorée ha sido restaurada y está repleta de vendedoras de collares y baratijas, de pinturas y cuadros, de casas coloniales de colores cálidos en medio del calor promaveral. La población se concentra alrededor de los restaurantes y hoteles principales, sobre todo junto al embarcadero al que se llega desde Dakar por ferry en apenas diez minutos. Ya llegando desde el barco se pueden observar algunos de los edificios más vistosos, por sus colores y su arquitectura. Además de la casa de los esclavos, se pueden visitar otros museos como el de historia o el de la mujer. Gorée es un símbolo de esa brecha que supuso el secuestrar a más de 20 millones de mujeres, niños y hombres de sus comunidades. \n\n\n\nSenegal es un destino turístico típicamente francés hasta el momento, como podría ser Méjico para los españoles. En cualquier caso Gorée es una de las visitas obligadas para cualquier persona que pise Dakar, ya sea por trabajo o por placer, aunque sea para librarse de las horas de avión o del estrés por el embotellamiento salvaje (si se llegó en coche por la UNICA entrada a la capital de Senegal). \n\n\n\nComo he dicho la isla está repleta de artistas o artesanos que asaltan o esperan al turista. Han ocupado los sitios estratégicos, para vivir en algunos casos y, en todos para mostrar sus productos (casi siempre idénticos y repetidos por cada uno de los vendedores). Esculturas, collares, cuadros con motivos típicos, clásicos o modernos, jugando a la diversificación para llegar al gusto de la demanda en este mundo globalizado. Y es que Senegal está llena de artistas, ya sea su especialidad la pintura, la escultura, el baile, la canción o la artesanía en general. Pero el verdadero artista que me sorprendió todos los días fue el senegalés de a pie, resignado, adaptado y adaptable, capaz de sobrevivir en este contexto de falta de oportunidades, de caos, de falta de un futuro...pero esa podría ser otra historia y deberá ser contada en otro momento.\n\n\n\nBajando desde el gran promontorio de Gorée en el que se ve a un lado el Atlántico y desde el otro la caótica Dakar (no tanto desde allí) hay una palmera enorme y de una rectitud perfecta. El caso es que no es una palmera sino una antena. Los habitantes de la isla están encantados con esta argucia que esconde el impacto visual del artilugio en cuestión. Y es que para algunas cosas han aprendido que la protección del medio ambiente no está reñida con el desarrollo económico. Digo para algunas cosas porque cuando de lo que se trata es de cuidar los residuos generados a nivel individual parece que esa es otra historia. Y es que por desgracia la pobreza y depauperación económica van generando también (aunque sea poco a poco arrastrada por la brisa y el sol) una espiral que lleva a la pobreza social y ambiental. Y esto se puede observar por todo Senegal.\n\n\n\n\n\n
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