A un día de pisar un nuevo continente juntos, Ro y yo fuimos al locutorio más o menos temprano para que en Mex fuera aún más temprano y así todos se enteraran que mañana nos vamos a Africa. Paseamos por General Ricardos, hacia abajo, hacia una tienda donde compramos unas cámaras desechables (porque se nos olvidaron las nuestras allá en México, recuerdan?) y de ahí seguimos bajando y bajando hasta llegar a ´Caprabo, Caprabo´ (se tiene que pronunciar como si lo estuviese diciendo un ruso para que sea mayor el efecto de risa como el que nos daba cada vez que lo decíamos) donde compramos unas galletas para tener con qué alimentarnos si la hambre está muy cañona los días en que sólo tenemos media pensión de alimentos. Como vamos con casi todo incluido, el dinero que llevaremos será poco en realidad, así que lo que podamos ahorrar, por pequeño que sea, bienvenido. Regresamos a casita e hicimos de comer y esperamos a que llegaran Gabo y Clau y platicamos todos. Salimos también todos juntos a pasear por el centro, por la Mayor. Vimos un nacimiento en una tienda muy bonito que tenía movimiento y Gabo, de la nada, consiguió una insospechada e inaceptada propuesta de trabajo.
Como mañana salíamos de viaje y la ocasión lo ameritaba, ya que estábamos ahí en la Plaza Mayor, nos metimos en una de las esquinas, a la izquierda de la fachada principal (vista de frente) a un local del Museo del Jamón. Comimos bocadillos en la barra y yo agradezco tanto que sean así: simples; tan simples, sólo el pan y lo que hayas pedido dentro, nada de aguacate, mayonesa, mostaza, lechuga, jitomates etc, etc, como cualquiera buena torta de México...No, pan, el relleno y listo, así sí me gustan, sabían tan rico...
Había unas mexicanas, pero como que nadie hizo mucho por hablar con un nacional, pa qué, estando tan lejos, hablar con alguien de tu mismo lugar? El lugar está caro, pero sí vale la pena, y además mañana nos vamos y tampoco es que Gabo y Clau se quejen mucho de que les vayamos a dejar la casa sola...estos muchachos...en fn.
Faltaba el postre, claro. Salimos hacia Sol y pasamos por la parte dulce de la cena a Dunkin. Compramos cada quien las suficientes para llenar el hueco extra estomacal de azúcar.
Me rondaban varias cosas en la cabeza, acerca de cómo se estaba dando la relación entre Gabo y yo, y consideraciones mías acerca de su relación con Clau; cosas que ya llevaban algunos días en pensamiento y pensamiento así que le propuse a Gabo hablar. Nos encerramos en la habitación donde están nuestras cosas y pusimos la grabadora adentro, según nosotros para que no se oyera lo que habláramos, aunque no tenía mucho caso porque yo le acabaría contando a Ro, y él a Clau. Tampoco es que hubiese sido muy necesario, ya que como la grabadora estaba dentro, teníamos que gritar, entonces se oía todo lo que decíamos allá afuera. Clau, como que leía, como que no, ahí en la habitación de al lado, así que se enteró de todo muy bien; hasta Ro que estaba en la sala... Fue cuando uno de los dos visitó el baño, cuando nos dijeron que se oía todo, entonces la gran solución: poner la grabadora justo afuera de la puerta; ahora sí ya no se oyó nada aunque no tuvo mucho caso, ya todo estaba dicho (en tono dramático)
Mañana, mañana, mañana....Africa!
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