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  • Hay dos cielos en Madrid. Hay muchos cielos en Madrid, de hecho... está el cielo de la madrugada, está el cielo del amanecer, el cielo de la mañana, el de mediodía, el de la tarde, el cielo del atardecer y del anochecer, que no es lo mismo...es el cielo de la noche. Pero hay otro cielo en Madrid, otro cielo de noche en Madrid...
    Raptamos a Gabo. Como ya he comentado en otras ocasiones, aquí lo que pasa es que Gabo no tiene clases los viernes y hoy es viernes! Así que le dijimos que hiciéramos algo, saliéramos. Luego del desayuno de ceral mientras alguien se bañaba, nos fuimos a la Ópera.
    Hay recorridos guiados por dentro, por muy módicos precios y más que traemos credenciales de estudiante.
    Hay un pasillo circular que rodea las secciones. Entramos a la parte de abajo, y los recuerdos son del gran candelabro que hay en el centro. Pesa dos toneladas y en el ochenta por ciento del techo está guardada la polea y el mecanismo que lo hace bajar. Una vez se cayó, y sólo queda el centro de lo que fue el candelabro original. Hay más luces alrededor, pero la memoria me dice que la mayor parte de luz está ahí, con él, con el gran candelabro y alrededor, sino en penumbras, sí hay mucha menos luz.
    El edificio en general es muy grande. Nos dijeron que en sí, es del tamaño del edificio de Telefónica. Sólo que no se ve tanto porque aquí, la construcción de va hacia abajo. Pero el tamaño es el mismo.
    Pasamos por salas y halls hasta que llegamos a un comedor, donde hay trajes originales muy antiguos. Los que más impresiones me causaron, fueron uno azul turquesa, y uno rojo sangre, con adornos negros, como de encaje alrededor. Luego nos dijeron que miráramos la techo...
    Está el cielo de Madrid! Tienen ahí en el techo la reproducción de todas la estrellas de Madrid tal cual y como se vieron la noche en que fue inagurado el Teatro Real (como es el nombre de verdad, no Ópera). Hasta Marte está ahí, un puntito rojo dentro de las luces blancas; está hermoso. Es un cielo de Madrid, dentro del cielo de Madrid...
    De ahí nos fuimos a donde está el Convento de las Carmelitas Descalzas y vimos la expo de Gaugin. Si bien hubo pinturas que nos gustaron mucho, la verdad la que más nos conmovió ver, fue la de Van Gogh, un original de Van Gogh ahí enfrente de nosotros! (Sí, somos muchísimo más fans de Van Gogh que de Gaugin, vamos, somos más fans de Van Gogh que de cualquier otro pintor, así que se entiende la emoción de ver uno ahí...)
    Luego ya regresamos a nuestro día a día. Pasamos al mercado y cuando regresamos ya estaba Clau. Comimos y estuvimos en la casa.
    Ya cuando oscureció, salimos a comprar pizzas sobre General Ricardos, todo para prepararnos para el viernes de juegos. Había un chavo muy raro, como árabe, ahí en el local... Jugamos pictionary, y dormimos, otra noche juntos, bajo el cielo, con las mismas estrellas de cada noche, como las del techo del Teatro Real, como las de cada noche madrileña...
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  • 2010-11-19 05:40:43
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  • 19 Noviembre de 2004
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