Si nos despertamos tarde, nos levantamos tarde. Luego entonces se nos hace tarde al bañarnos y con el perdón de la parrillita, pues ella no ayuda a salir temprano, menos si en lugar de desayunar cereal y listo, nos hacemos unos hot cakes. Esto de hacer hot cakes se ha vuelta muy zen. Con lo que tarda la parrillita en calentarse, y luego con lo que tarda en calentarse la masa y endurecerse, se vuelve un verdadero ejercicio de paciencia. No estamos volviendo muy zen con esto de la parrillita ya que como está chiquita, tenemos que usar una sartén del mismo tamaño si no, menos. Entonces ahí estamos, haciendo otras cosas mientras la parrillita calienta la masa y ésta se endurece y entonces ya logramos tener un hot cakes. Y así otro para Ro, para que sean dos, y así otro y otro y otro para mí, para que sean tres. Luego que sí, que queremos un huevo, entonces hay que esperar a que el huevo esté frito y para entonces ya el hoy cakes que está abajo ya está frío, y cuando te comes el huevo con el hot cake de arriba, pues el de abajo ya está aún más frío, entonces quizá decida uno que no, que así no, entonces de vuelta a la parrillita aunque ahora menos tiempo, sólo el suficiente para que se caliente el o los hot cakes que ya se enfriaron...
Cuando salimos, pasamos al estadio porque Gabo y yo queremos ir al partido de mañana. Hoy no hubo regalo sorpresa. De ahí nos fuimos caminando ala Puerta de Toledo y entramos a la tienda de ropa que está económica, anduvimos viendo la ropa que hay, las rebajas y al final Ro se compró su hermoso abrigo blanco, (ahí sigue el otro, tomé nota de la parte de la tienda en la que está, y sin que Ro se diera cuenta, ví el precio y las tallas que hay, son dos los que aún están, sólo cruzo dedos para que no se lo lleven, es el marrón claro con forro blanco calientito). Decidimos irnos caminando hasta Argüelles, entonces pasamos por el Puente de la Esperanza (no tenía este nombre, pero a partir de ahora, llamémosle así), por el cual se ve la Sierra y que nos encanta y sí, de nuevo vimos un paisaje hermoso, porque como slaimos tarde, ya no falta tato para que la tarde se vaya. Caminamos también por la Iglesia de San Francisco, una que está entre el puente y la Catedral, el contraste fue haber estado ahí a esa hora, fue que había una boda que vimos por fuera, y a un lado de los novios, de las damas de compañía, los amigos y los familiares, todos muy bien vestidos, había una pordiosera que se acercó un poco no tanto como para pedir dinero y sí ver de qué iba todo el relajo de coches y sonrisas y fotos, yéndose cuando recibió las miradas reprobatorias y muy claras de que no estaba bien visto que estuviese ahí; esa escena me dejó pensando. La pordiosera se fue, caminando con sus ropas raídas de frío en la otra dirección...
Subimos por la Mayor. Tomamos chocolate y comimos churros en una nueva chocolatería. La cafetería está muy bonita, pero no está tan rico. Ahí cerca, hay una librería que es la esquina de una casa. Se está poniendo muy coqueto Madrid ya para las navidades.
Pasamos por Plaza de España y llegamos con el buen Argüelles, que no falló y nos dio dinero.
Regresamos a casita.
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