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  • Hoy fuimos a un lugar nuevo, donde no habíamos ido nunca. Está por la glorieta de (Ro dice "Miguel Ángel de") Quevedo. Era un cine. La película: Diarios de Motocicleta, donde Gael la hace del Che en su segundo viaje, el de Sudamérica. Peeeeeero como las funciones empiezan hasta después de las cuatro, pues nos fuimos a dar una vuelta a la atracción turística más cercana: Las Ventas!...ejem, cof, cof...bueno, es un decir, porque sucedió que cuando llegamos, ni plaza de toros, ni escenario de concierto, era....un circo. (Ro puso cara triste).
    Regresamos ya a la hora de la función y entramos. Después de una confusión incial con el título y el poster y el horario, lo que acabamos viendo fue un documental acerca de la película, de cómo la grabaron y entrevistas con el Alberto Granados original, el compañero del Che en ese viaje. Se llamaba "De viaje con el Che Guevara", estuvo muy buena, nos gustó y ya con esto pues nos quedaron más ganas para regresar y ver, ahora sí, la película, valió la pena el viajecito por toda la línea roja.
    Regresamos y para esto ya era de noche. Gabo y los papás habían salido y cuando llegamos estaba Clau llorando. Se llevó un sustaso y luego nosotros otrs cuando vimos la razón. En un principio dijimos: Las Ratas! o: Tronó con Gabo!...pero no, algo peor, mucho, mucho peor....
    Se cayó la cocina!!!
    Resultó que como los papás trajeron comida, mucha comida, las gavetas no aguantaron el peso y se vinieron pa abajo con todo y mercancía, rompiendo así nuestra queridísima estufa eléctrica. Ya no prende. Ya no sirve. Ya no hay cómo cocinar. La consolamos y luego ya llegaron los demás y eso la tranquilizó.
    Salimos todos a comer a la Plaza Mayor. El lugar elegido fue el MUseo del Jamón. Nos tomaron un foot juntos a los cuatro viajeros. Ro con chamarra blanca y gorrito, yo con chamarra azul rey y mis lentes (Ro también de lentes), ahí está el testimonio gráfico, con nosotros rodeados por espejos que reflejan las patas de jamón en el techo.
    Saliendo vimos un espectáculo de un científico loco, muy muy divertido. El momento más significativo, sin embargo (y de hecho creo que lo mejor lo define es decir: el momento más hermoso) fue cuando un vagabundo que también estaba viendo el espectáculo y también lo estaba disfrutando, se acercó a darle unas monedas al científico cuando terminó el show. Fue muy emotivo. Un vagabundo, con sus ropas viejas, cargando un costal, disfrutó tanto del espectáculo que decidió darle un poco de lo poco que tiene. En serio, fue muy significativo el gesto y nos dejó impactados y pensando a Ro y a mí.
    Lamentablemente la mamá de Clau hizo un comentario despectivo del vagabundo. A mí me sacó de onda, me dejó perplejo. A Ro la enojó y la puso triste. Nos calmamos un poco y estuvimos luego en uno de las bocacalles que terminan en la Plaza, un número de un chavo que baila tango con un maniquí. Lo hace tan bien, que parece real. Se llevó muchos aplausos de las personas que formaban varios círculos alrededor de él para verlo.
    Bravo al del tango. Bravo al científico. Bravo y gracias al vagabundo, por un verdadera lección de vida.
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  • 2010-11-05 05:10:20
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  • 5 Noviembre de 2004
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