La semana pasada la Taberna estaba cerrada por descanso del personal. Y es que vuestro vecino y amigo Danny se trasladó a Vitoria-Gasteiz, donde se celebraba la trigésimo segunda edición de uno de los festivales de jazz más prestigiosos del mundo.\n\nY un festival de jazz adquiere prestigio y renombre cuando se conjugan sobre todo dos factores: una cuidad volcada en el evento y una programación que dé la talla. Y este año, el martes 15, la programación del festival deba la talla, vaya que sí. Ni más ni menos que Wayne Shorter y Herbie Hancock, antiguos miembros del "segundo quinteto" de Miles Davis. Dos auténticos mitos vivientes del jazz, y dos de los responsables de mi afición por esta forma tan especial y auténtica de arte. En cuanto lo supe, no tuve que pensármelo. A Vitoria!!!\n\nPensaba ir solo, y es que no es fácil encontrar gente dispuesta a cruzarse el país por un concierto de jazz. Finalmente Reichel , nuestra compañera del Club de los Jueves, se apuntó al carro. Resultaba interesante, ya que ella es más bien de saxo y acudía al reclamo de Wayne Shorter, mientras que yo soy más de piano, e iba fundamentalmente a ver a Hancock. La llegada a la ciudad no fue especialmente prometedora. Para empezar, el tren se retrasó muchísimo. Para seguir, mientras comíamos algo en una terraza, tuvo lugar un suceso curioso. Un par de señores, bien entrados en los sesenta, paseaban aprovechando las últimas horas de la tarde. Y al pasar por detrás mía, uno de ellos, sin el menor asomo de embarazo, me obsequió con lo que podríamos denominar un solo de percusión. Como seis o siete segundos, no os creáis, que estuvo el hombre redoblando alegremente mientras caminada calle abajo. Si esto es una ciudad que vive la música intensamente, casi prefiero Sevilla, pensé...\n \nPero poco después, a las nueve en punto de la noche, nos encontrábamos en Mendizorrotza, esperando que Wayne Shorter Quartet ocupase la escena. Para los que no conozcáis a Shorter debo decir que es uno de los saxos más influyentes del jazz post-Coltrane. Si no el más. Tanto en solitario como con Weather Report, casi todos los grandes saxofonistas de los últimos 30 años le reconocen como maestro. Sin embargo, su actuación me dejó hambriento de mito, por decirlo así. Fueron unos 75 minutos de jazz difícil (cinco o seis temas en total tan sólo), pero fundamentalmente Shorter nunca adquirió el protagonismo que yo al menos esperaba de él. Fue un concierto muy de banda, muy equilibrado... y yo me quedé con ganas de escuchar al genio de Newark invocar a Parker y a Coltrane aunque fuese sólo una vez. Me gustó? Por supuesto. Pero...\n \nSe acabaron los peros con Herbie Hancock. Primera sorpresa: Dave Holland en el bajo. Otro acompañante de Miles Davis, ahiesná. Segunda sorpresa: Mr. Hancock, el genio, el ganador de un carro de Grammys (12, creo), era uno de los músicos más accesibles, simpáticos y volcados con el público que he visto. Pura extroversión, con ganas de bromear con su (extraño y algo surrealista) español, se metió al polideportivo en el bolsillo desde el primer tema. Y ofreció un concierto con mucho jazz, pero con versiones de soul, folk, música étnica e incluso r&b!!! Cuando terminó, tuvimos que aceptar el hecho de que el concierto había durado... cuatro horas y media!!!!!!! Y, aún más, yo al menos hubiera aguantado otras tantas... Tanto es así, que terminamos la noche oyendo a un trío (Lewis Nash Trio) muy competente tocando en el bar de un hotel... y compartiendo barra con la banda de Hancock!!! \n \nDedicamos la mañana siguiente a deambular por Vitoria, que merece un deambulado pero de verdad, porque es una ciudad preciosa y con mucho encanto. Y poco antes de irnos, nos topamos con otra actuación, porque no te podías mover por la ciudad sin encontrar música... aunque está resultó menos destacada. Dejémoslo así... \n \nLa verdad: ha sido un gran viaje. Antes y después de Vitoria, he disfrutado de la compañía de buenos amigos a los que sólo puedo ver de tarde en tarde, hemos comido, bebido, charlado, bebido, reído, bebido,... Bueno, en realidad, beber lo que se dice beber, sólo una noche con el Señor K ... pero a mí al menos me valió por tres! La ciudad me encantó (prometo volver, lo más tardar en julio del año que viene!!!), y el concierto fue probablemente la experiencia musical más asombrosa que he vivido. Y eso, en mi caso, es mucho decir...\n \nAunque no hay nada en youtube de este festival, para que os hagáis una idea os dejo un "Cantaloupe Island" (canción con la que Hancock cerró la actuación, antes de los bises) con un cuarteto de lujo: Hancock, Holland, Shorter y Brian Blade (que iba de batería de Wayne Shorter en Vitoria... y vaya la que lió!!!)\n\n\n \n\nY, por último, Reichel. Siempre es un riesgo irse de viaje con alguien a quien no conoces. En este caso podríamos hablar de riesgo calculado, pero riesgo en cualquier caso. Sin embargo, siendo como fue un viaje extraordinario en el aspecto musical, debo decir que lo mejor, sin duda, fue la compañía. Porque mi compañera de viaje no podía ser más apropiada ya que ella es, ni más ni menos, como el buen jazz. Siempre bordeando la tenue frontera del caos absoluto, pero en ese preciso punto donde surge la creatividad pura, la voluntad y la capacidad de convertir cada minuto en algo mágico y diferente. Mr. Hancock y Mr. Shorter hicieron de este viaje algo inolvidable, pero Reichel lo hizo irrepetible.\n\n\n
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Pensaba ir solo, y es que no es fácil encontrar gente dispuesta a cruzarse el país por un concierto de jazz. Finalmente 
Dedicamos la mañana siguiente a deambular por Vitoria, que merece un deambulado pero de verdad, porque es una ciudad preciosa y con mucho encanto. Y poco antes de irnos, nos topamos con otra actuación, porque no te podías mover por la ciudad sin encontrar música... aunque está resultó menos destacada. Dejémoslo así... \n \nLa verdad: ha sido un gran viaje. Antes y después de Vitoria, he disfrutado de la compañía de buenos amigos a los que sólo puedo ver de tarde en tarde, hemos comido, bebido, charlado, bebido, reído, bebido,... Bueno, en realidad, beber lo que se dice beber, sólo una noche con el