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  • ¡Cuánto tenemos que aprender de nuestros vecinos del este!. Empezando por Bélgica y acabando por Polonia. La cerveza en aquellos países es una forma de vida. Cada persona tiene su marca favorita y dispone de un abanico muy amplio donde elegir. Para empezar, el botellín no existe y el tamaño clásico es la pinta, que dicho en cristiano es medio litro de birra. Este es el motivo por el cual salir de cañas suele terminar en un profundo estado de embriaguez. Además, y esto es un gran error por su parte, fuera de España no sirven esas tapitas que tan bien sientan junto a la birrilla y se bebe con el estómago vacío.\n\nCuando me propuse hacer un viaje por algunos países del este, nunca pensé que la protagonista indiscutible del periplo fuese la cerveza. Desde la primera parada en Frankfurt me di cuenta que mi compañera de viaje iba a ser una rubia espumosa. (Aunque a medida que fui alternando con cervezas terminé prefiriendo las morenas tostadas) \n\nLas primeras cervezas fueron unas Warfteiner, rubia de sabor suave. Con ese nombre sólo pueden ser alemanas. Antes de despedirme de los germanos degusté una mítica Paulaner tostada que me dejó entusiasmado. El próximo destino era Bratislava, en Eslovaquia. Aunque se bebe mucha cerveza no tiene la fama internacional que puede tener su hermana, la República Checa. Aun así, son destacables algunas cervezas como Zlaty Bazant, Kelt, Corgon, Smadny Mnich o Topvar.\n\n\nTras un viaje de tren de ocho horas llegamos a la estación de Budapest, capital de Hungría, donde realmente me di cuenta de la importancia de la cerveza en la vida de los europeos del este. Una vez arregladas las cuestiones del alojamiento y la planificación, decidimos ir a comprar. En el supermercado descubrí un rincón exclusivamente destinado a las cervezas. El sitio ocupaba aproximadamente el 15 por ciento del establecimiento y albergaba más de doscientos tipos de cerveza. Casi me pongo a llorar. Avisé a mi compañero de viaje, un barcelonés muy salao que se llama Albert, y entre los dos decidimos llevarnos un menú de degustación de cervezas, aprovechando que en nuestra habitación del albergue había nevera. \n\nSi os soy sincero. Recuerdo perfectamente la emoción de la primera cerveza, una Kozel checa. Incluso recuerdo la segunda una suave y fresquísima Pilsner Urquell. La tercera, se me aparece un poco borrosa. La cuenta termina en la cuarta aunque la cata fue bastante más larga. En principio, íbamos a planificar el itinerario a seguir pero obviamente nos quedamos anulados ante tanto bebercio y desistimos. Lo que sí nos quedó claro es que nos quedaríamos un par de días en Budapest para aprender más de su cultura. Por cierto, muy reseñables las cervezas Borsordi, Dreher, Soproni Ászok y Kaiser. Y a petición de un ex residente Húngaro, Antonio Casero, destaco también la Arany aszok, la más bebida en Hungría. \n\n

    Esto se acaba pero continuará…\n\n\n

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  • 2008-07-16 09:43:50
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  • LA RUTA DE LA CERVEZA DEL ESTE
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