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  • Algunos la podrían acusar de simplista y mecanicista, otros de negar la sabiduría del genero humano depositada en 3000 años de tradición literaria amorosa. Y sin embargo, durante los cuarenta y cinco minutos que dura su ponencia, la literatura amorosa universal es prácticamente omnipresente: de Ovidio a Shakeaspeare, de Stendhal a Kabir —un poeta indio del siglo XV—, de Chaucer a Yuan Chan —un poeta chino del siglo IX— a Pablo Neruda, las citas se suceden una tras otra y ejemplifican aspectos clásicos del amor, que, sin embargo, ella muestra y explica desde un angulo diferente. Porque para ella —la rubia espigada y con anteojos que nos habla con las manos en los bolsillos—, el amor no es un regalo o premio de los dioses como nos lo explica Platón o la Biblia, tampoco forma parte de los misterios del alma como para los poetas decimonónicos, para Helen Fisher el amor es “simplemente” una consecuencia de la biología y de los componentes químicos que afectan el cerebro.\n\nClaro que Helen —quien aparenta muchos menos que los 60 años que acaba de cumplir, y que casi no necesita mirar la pantalla de su laptop ultraportatil mientras expone— no dice “simplemente”. Comienza hablando de cosas que todos entendemos y sobre las que todos asentimos: de como para el enamorado, sea mujer u hombre, el objeto amoroso —el otro— se convierte en inigualable, extraordinario, en único. Completa las descripciones citando las palabras que sus sujetos de experimentación utilizan para hablar de sus amados: “Mi mundo se ha transformado, tiene ahora un nuevo eje, un nuevo centro, y ese centro es Marilyn”, dice uno de ellos. A este fenómeno se aúna la incapacidad de sentir una pasión amorosa por otra persona. En palabras de Kabir “El sendero del amor es estrecho, tiene espacio sólo para uno.”\n\nPero para Helen, son las grandes concentraciones de dopamina, que se hacen presentes cuando un individuo es expuesto a un nuevo entorno, las responsable de esa primera atracción que suele terminar en lo que los normales mortales conocemos como amor. Y son esos mismos elevados valores de dopamina, que van asociados a una elevada capacidad de concentración, los que explican la motivación y atención que el enamorado porta a la mujer u hombre de su "elección". Serían entonces los valores de dopamina los que explicarían que el sujeto amoroso , al dirigir su mirada hacia la amada, la considere como algo especial.\n\nEl enamorado tiende a fijar toda su atención en las cualidades positivas e ignorar o minimizar los defectos de la amada. Stendhal llamaba a ese fenómeno “Cristalización”, porque de pronto esas simples gotas de agua que se forman en las ramas de los árboles, cuando se forman en una mina de sal, el ojo las transforma en pequeños castillos de maravillosa belleza. Por eso Chaucer decía “El amor es ciego”. Los enamorados se obsesionan y tienden a recordar momentos y gestos triviales del amado, esas remembranzas son el alimento sistemático de los enamorados y del sentimiento amoroso. Y en palabras de Yuan Chan “No puedo soportar enrollar la estera de bambú. La noche en que te traje a casa, observé como tú la desenrollabas.”\n\n¿Es amor? O se debe nuevamente a los elevados niveles de dopamina y centralnoripinefrina que se encuentran en el cerebro y que activan positivamente la memoria. Precisamente, la noripinefrina es responsable de la “grabación” de los recuerdos y lo que provoca que los gansos identifiquen como su líder al primer ser viviente que ven en el momento de su desove. \n\nLos enamorados también se sienten poseídos por el objeto amoroso, como lo expresa un Haiku que Helen recita en original y luego traduce “Mi nostalgia no conoce el tiempo cuando ella no está presente”. Pues de acuerdo a los experimentos e investigaciones que Helen y su equipo han realizado, responsable de este fenómeno son los niveles de Serotonina que se encuentran en la sangre y que sobre estimulan las sinapsis. Así el comportamiento obsesivo del amante se explicaría “simplemente” por la caída de los valores de serotonina en la sangre.\n\nComo una suerte de Ovidio de nuestro tiempo, Helen Fisher trata de cada uno de los aspectos de la “enfermedad amorosa”, serotonina, oxitocina y otras substancias quimicas en nuestra sangre serían las responsables de nuestra euforia, felicidad, lealtad hacia el ser amado. Helen cuenta con entusiasmo de las diferencias observables en las tomografías de los enamorados y quienes no lo están. El corazón nada tendría que ver con el amor.\n\nMe gustaría preguntarle si ella ha estado enamorada, si se inyecta dopamina o serotonina o alguna substancia para contrarrestar los efectos del amor. Pero claro a los pacientes de este congreso sobre "La locura amorosa" no nos está permitido hacer preguntas.\n\n\n\nfree web stats
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  • 2008-10-03 08:13:17
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  • ¿Sufriendo por amor? Helen tiene el remedio contra el mal de amores
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