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  • Los llamaré Angélica y Orlando, pero ustedes les pueden dar el nombre de alguna pareja que conozcan. Sí, si quieren les dan el nombre de los vecinos de piso o el de algunos tíos lejanos cuyos hijos crecieron, se casaron y ahora viven sus vidas. Lo que importa es su historia, no la pasada, pues de ella no sé nada, Angélica no habla de ella, y a Orlando no lo conozco, sino de lo que les está sucediendo ahora mismo.\n\nAngélica vive un romance con Orlando, que debe haberse recién pensionado pero que anda muy malito debido al Alzheimer, así que él casi no se entera de nada. Pero Angélica habla por los dos: me lo presenta como su amante, y cuenta a todos los que la quieran escuchar las proezas sexuales de Orlando, habla de su fogosidad, y no se ahorra detalles, ni se anda con chiquitas: habla del tamaño de la polla de Orlando y del sabor a horchata fresca de sus encuentros mañaneros.\n\nPero también me cuenta de lo mal amante que es Orlando, pues Angélica sufre mucho a causa de los devaneos sexuales de su casi tullido amante, de como se las arregla para seducirla antes del telediario bajo la enramada de las campanillas, detrás del parque de tilos, y que luego la ignora al momento de la cena, durante la cual Angélica observa que "el muy descarado, le tira los tejos a una de las celadoras".\n\nAngélica me dice que ella tiene pruebas más que fehacientes de las infidelidades de Orlando y que cuando ella de a luz, pues me dice que está esperando una hija, pedirá un test de ADN para demostrar que Orlando es el padre de la niña. Los detectives que asesoran a Angélica le han mostrado fotos de Orlando acostándose con otras. Ella lo ha encarado, pruebas en mano, pero Orlando lo niega todo, sobre todo niega conocer a esa rival, "de cabellos rojos", que amenaza a Angélica y le sala la sopa durante las cenas.\n\nAngélica me cuenta de otros residentes que están al tanto de "lo nuestro" y que la apoyan y aconsejan a que lo "viva plenamente", me dice que las "chicas" de su pabellón ayudan a Orlando a entrar por la ventana por las noches y que ponen la radio a todo volumen para disimular los ruidos de sus batallas amorosas: "somos unos rompe catres" me dice mientra se sonroja.\n\n\n\nAngélica me pregunta si yo también estoy enamorado, le respondo que no lo sé, que creo que no, porque en la casona hombres y mujeres están separados y sólo hoy el Dr. Bleuler me ha autorizado a prestar libros al pabellón de pacientes de la tercera edad de la clínica. Angélica no parece escucharme, e insiste sobre otras tramas amorosas, entre celadores y médicos, entre otros pacientes. Angélica es una cupido y ve amor en todas partes.\n\nYo le recomiendo algunas novelas de tema amoroso, pero ella me dice que no, y de golpe me recita poemas de Neruda en alemán: - no me gustan las cursiladas de "Los veinte poemas", prefiero los versos inflamados de "Los versos del Capitán".\n\nEl tiempo ha pasado y de pronto el Dr. Bleuler aparece al fondo del pabellón de ancianos: uno de los celadores lo acompaña. Dulcemente, conduce a Angélica a su habitación, en una de las manos lleva la jeringa neumática con los consabidos calmantes. Menos mal que Angélica tiene todavía músculos para soportar las inyecciones. Pienso.\n\nEl Dr. Bleuler me saluda y me explica que "el delirio de ser amado" o "erotomanía" aparece significativamente en mujeres solteras especialmente en mujeres de avanzada edad como Angélica, quien acaba de cumplir ochenta años. Quizá el vacío o la no vivencia de ciertas experiencias amorosas o la privación sexual condicionan un estado delirante substitutivo que manifiesta la exacción de dicha experiencia. De este modo, la paciente puede desear tener relaciones sexuales con el objeto de su amor, construir ideaciones para contrarrestar ese vacío experiencial (amatorio / conyugal / maternal), incluso desarrollar un delirio y comenzar a creer que se encuentra embarazada del objeto.\n\nYo asiento a las explicaciones de mi psiquiatra, pero simplemente creo que Angélica está viviendo su última primavera … y me alegro que esta historia sea de la vida real.\n\n\nfree web stats
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  • 2008-09-11 06:13:36
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  • Nuestra historia de amor en algunos años, si tenemos suerte...
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