PropertyValue
opmo:account
is sioc:container_of of
sioc:content
  • Un día gris y lluvioso en Basilea. En el manicomio, la mayoría de los orates han sido repartidos en los diferentes salones y con miradas vidriosas contemplan diferentes programas infantiles, impedidos por la lluvia y los celadores de salir a los jardines. Algunos parecen divertirse con "Baby Einstein" otros miran "Plaza Sesamo" y otros parecen perversamente interesados en los Teletubis. Los celadores leen ejemplares de prensa amarilla o escriben mensajes con sus móviles.\n\nAtravieso las salas y con el pretexto de buscar libros en el deposito de la biblioteca subo al ático de la casona. Los escalones de madera antigua y reseca emiten ruidos fantasmales. Fritz, mi enfermero y celador, obviamente me acompaña fielmente, jamás me dirige la palabra directamente, ha desarrollado una técnica magistral de narrador omnisciente para hacerme saber mis obligaciones o transmitirme alguna orden "Los pacientes están siendo llamados a comer", "es tarde", "nadie debe entrar ahí". Una vez en el deposito, le muestro una lista de libros que he confeccionado esta mañana y él me responde, mientras revisa los barrotes del ventanal ¿una hora máximo?, luego sale y cierra la puerta con llave desde fuera.\n\nMe quedo mirando el paisaje onduloso de la campaña que rodea nuestro manicomio, al fondo se divisan los mismos tilos centenarios que supuestamente deben calmar nuestra vesania y que, por orden del director del centro, constituyen la fuente natural de nuestras cocciones matinales, ese bosque es completado por encinas frondosas, hayas gordas y otros árboles añosos seguramente, y cuyos nombres desconozco. A manera de legión romana, circundan unos trigales, y más allá, en una hondonada, una majada donde pacen unas vacas negras que parecen sacadas directamente de alguna pradera salmantina.\n\nUn sonido de campana lejano me recuerda el pasar del tiempo, y me arrepiento de no haber traido conmigo las traducciones de Hölderlin que Cernuda hizo en los años cuarenta y publicó en "Cruz y Raya". Quizás ahí, en esas páginas, encontrarías las palabras y las imágenes que te harían comprender la belleza de este paisaje que se te antoja lejano y que en ti sólo evoca enajenación y encierro. Un sólo verso de la "Canción al destino de Hiperion" resuena apagado en mi memoria: \n
    \n"Mas no es dado a nosotros tregua en paraje alguno;"
    \n\nLa traducción de Cernuda es de innegable belleza, sobre todo porque describe con precisión el destino prometeico de Hiperion. Recuerdo una grabación de Bruno Ganz, un actor suizo, leyendo esos mismos versos: sonaban como una cascada sorda de piedra y lodo, de esas que se forman en las montañas al final de la temporada de lluvias. Aferrado a los barrotes del ventanal del ático, mentalmente recito los versos:\n\n…. esfumanse y caen\nLos hombres sufrientes\nde un momento a otro cegados\nComo al derrumbarse el agua\nde peña en peña, a través de los años\nen lo incierto, hacia abajo.\n\nTocan la puerta en ese momento, y con azoro cojo unos libros del primer anaquel a mi alcance. Es Fritz, quien viene a buscarme, "Los pacientes están entrando a sus habitaciones", dice. Yo quiero volver a la biblioteca del manicomio y revisar las páginas de Cernuda.\n
sioc:created_at
  • 2008-09-04 17:57:11
is sioc:creator_of of
is opmo:effect of
sioc:has_container
sioc:has_creator
sioc:has_reply
opmo:pname
  • http://lacomunidad.elpais.com/demente/2008/9/4/los-teletubis-estan-locos (xsd:anyURI)
sioc:title
  • Los teletubis están locos
rdf:type

Metadata

Anon_0  
expand all