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    1er trimestre curso 2008/9\n\n

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    Puedes ver la programación de la Diapoteca Española y muchos más viajes de Mariano e Isabel, con fotos en www.mjalon.com\n\n

    Martes 2 diciembre de 2008\n\n

    ISLAS DEL TRIANGULO (AZORES)\nPor Mariano García-Jalón e Isabel Luaces.\nProyección "sin humo" a las 8 de la tarde, con comentarios y/o gastronomía temática, en: Restaurante Ecuatoriano "Casa del Charquito" C/. De Murillo, 4 (se ve la Plaza Olavide desde la puerta, metro Iglesia o Bilbao) Pedir y pagar la consumición en la barra.\n\n\n

    El archipiélago de las Azores está compuesto por 9 islas situadas en medio del Atlántico y son conocidas por su famoso "anticiclón" pero, tal como nos cuentan Mariano e Isabel, es una pura leyenda meteorológica. Ellos son unos enamorados de estas bonitas islas y, esta vez, nos hablan de las "Islas del Triángulo": Faial, Pico y San Jorge que forman un conjunto con su propio carácter peculiar dentro de las Azores.\n\n

    22h. Cena en "Casa del Charquito"

    Dos menús a compartir: Bacalao "rebozao" con pimientos… y otro de carne con guarnición, postre, pan y vino D.O. Rioja. Unos 14 euros.\n\n

    PICO Y FAIAL (Islas Azores). Semana Santa 2007

    Sábado 31 de Marzo 2007. Oporto. San Miguel.\n\n

    Es Semana Santa y nos vamos de vacaciones. Repetimos destino y volvemos a las Islas Azores, como en Semana Santa del año anterior, pero esta vez queremos visitar otras islas diferentes: Pico, Faial y San Jorge. El viaje comienza mal, porque ya en Barajas pierdo el reloj, el que me regaló Banesto por los 25 años en la empresa. Ha sido en el control de pasaportes y pasajeros, porque ahora tienes que quitarte todo y, ponerlo en una bandeja que pasa por el escáner. Alguien lo habrá encontrado y lo estará disfrutando ahora.\n\n

    El vuelo hasta Oporto es cómodo y lo realizamos en un avión de 50 plazas que parece nuestro jet privado (Air Lusitania). Llegamos a las 10:40 de la mañana y tenemos todo el día para estar allí, porque el siguiente vuelo a Ponta Delgada (San Miguel) es a las 22:10, así que dejamos las maletas en consigna y nos vamos a pasear por Oporto que está animado y bonito, aunque podría estarlo más si tuvieran dinero para rehabilitar muchas de las preciosas casas que hay por el centro. El día está muy soleado, pero muy frío, hay un viento que debe venir del Polo Norte y que se cuela por todos los lados.\n\n

    Cuando hemos llegado al aeropuerto nos hemos enterado de que hay un retraso de una hora y media como mínimo, lo que es una faena porque cuando aterrizamos en Ponta Delgada (San Miguel) ya es más de la una de la madrugada. Menos mal que nos encontramos con un taxista joven y muy amable que nos llevó por la ciudad buscando alojamiento en alguna pensión (nosotros habíamos reservado por teléfono una habitación en el Royal Garden, pero la verdad, pagar 115 Euros por estar 4 o 5 horas como máximo en una cama, es demasiado). Nos acomodamos en una casa particular por 35. Ya son las dos de la mañana y a las 7,30 nos recogerá el mismo taxista porque el siguiente vuelo a Pico sale a las 8,45.\n\n

    Taxista y organizador Recomendado: Joao Paulo A. Pereira. Tel. 91 3453020; 961 51 5892. San Miguel (Azores). Eficiente, práctico, responsable y honrado. Alquiler de Vehículos y PaseosTurísticos. \n\n

    PICO\n\n

    Domingo 1 de Abril 2007. Pico. Madalena. Circuito Circular.\n\n

    El avión de SATA no va muy lleno, y casi todos los pasajeros son del país. Casi me atrevería a decir que los únicos turistas somos Mariano y yo. El vuelo ha durado solo 50 minutos, y en el mismo aeropuerto nos dirigimos a "La Tropical" Alquiler de coches. Somos los únicos clientes y el chico nos dice que allí no tiene coches, así que nos lleva en su coche a Madalena, una de las villas, que no ciudad, de la isla. El es quien nos explica que no hay ninguna población lo suficientemente grande o importante para llegar a la categoría de ciudad, todas son villas. También le he entendido que no hay capital de la isla, al igual que el archipiélago no tiene una capital. Todas las islas de las Azores tienen la misma categoría. Pico tiene unos 15.000 habitantes.\n\n

    Cogemos habitación en el hotel Carabelas, tres estrellas y 81 euros, que está al lado de las oficinas del alquiler de coches, y nos dirigimos al puerto que también está al lado, bueno, como todo aquí, para ver horarios y combinaciones para desplazarnos a las otras islas y, nos enteramos ahí que a San Jorge no podremos ir por falta de combinación, o más bien de días. Así como a Faial, que es la más cercana, hay ida y vuelta todos los días, a San Jorge solo lo hay en verano. Ahora, que no es temporada alta, solo se puede ir un par de días a la semana y no nos coincide.\n\n

    Salimos con el coche a recorrer, en círculo, la isla que es tan bonita como las que ya conocíamos, aunque es más volcánica (105 Km, carreteras buenas y tranquilas). Hay mucha tierra negra y mucha roca áspera volcánica, pero con muchísima vegetación del tipo de bosque de laurisilva. No hay tantos prados ni tantas vacas. Lo que sí hay son muchas viñas rodeadas por cercados piedra negra que las protege del viento, recogen el calor del sol y calientan así la planta. Todavía no han brotado las hojas de las vides y las ves tan esmirriadas en medio de esas arenas renegridas que parece mentira que pueda haber una producción de uva suficiente para hacer el mejor vino verdejo de las islas.\n\n

    Dicen los panfletos que es un vino muy apreciado en todo el mundo, nosotros conocemos la marca Terras de Lava y sí que nos gusta mucho. \n\n

    Preguntamos a un chico, y después a una señora por un buen restaurante para comer, y ambos coinciden en enviarnos al mismo. Aguas Cristalinas se llama, en la villa de San Roque, y de verdad hemos comido muy bien y el sitio tiene grandes ventanales primero a unos jardines de tierras negras en el que contrasta el verde de las plantas, y al fondo el Atlántico. Una delicia, igual que la comida. He comido pulpo rebozado y frito con guarnición de patatas y verdura, Mariano filetes con guarnición de patatas y ensalada. Como las cantidades son abundantes y además de aperitivo nos han puesto queso, pan y mantequilla, ya no pedimos postre, solo café, pero nos da igual porque nos invitan a dos trozos de tarta de chocolate riquísima y además nos regalan dos bolígrafos. Con uno de ellos estoy escribiendo este diario. 30 euros.\n\n

    Restaurante Recomendado: Aguas Cristalinas. Afueras de San Roque, (Pico). Comida sencilla y sabrosa. (15 € pp)\n\n

    Por la tarde, y siguiendo nuestro recorrido circular visitamos Lajes de Pico, antiguo puerto ballenero y que en la actualidad tiene un museo sobre el tema, ya que las ballenas ahora se estudian y observan, pero no se cazan gracias a Dios. No visitamos hoy el museo porque es domingo, y solo abre por la mañana.\n\n

    Llegamos al atardecer a Madalena , damos un pequeño paseo y nos retiramos pronto al hotel porque yo estoy cansada.\n\n

    Lunes 2 de Abril 2007. Seguimos en Pico\n\n

    Bajamos a desayunar y todavía no eran las nueve. Somos muy madrugadores. Salimos a continuación a explorar la isla y cogemos una carretera en dirección al pico, pero antes paramos en un cráter utilizado ahora para guardar ganado y estudiamos las piedras tan curiosas que vemos allí. Es la lava solidificada de color marrón o marrón-verdoso y al principio no sabes muy bien si son cacas de vaca solidificada, hasta que te das cuenta que es lava con formas de chocolate derretido. Parecen auténticas cacas. Ya hemos vistos piedras volcánicas en otros lugares, pero ninguna como éstas. \n\n

    La carretera continúa hasta un lugar donde están construyendo un Centro de Interpretación (el Pico es un Espacio Natural Protegido). Dejamos el coche y damos un largo por un camino a media ladera de la montaña, con unas vistas de impresión, a la derecha el pico cubierto por nubes, y a la izquierda el Atlántico. Vemos también una gruta en un prado y nos acercamos a cotillear. Se trata de unas galerías que formó la lava en su camino hacia el mar. Yo no me meto pero Mariano va al coche a por una linterna y la explora. Se mancha la camiseta. En la gruta hay huesos de animales. Cuando despeja la niebla, se observa abajo Madalena y la isla de Faial separada por apenas 8 km de mar.\n\n

    Comemos en San Roque, en la cervecería La Tropical. Es bufet y no muy bueno; pedimos vino del Pico y nos traen un tinto en jarra que no nos gusta. La chica que nos atiende es muy amable y le pregunto que porqué en las casas antiguas construían pozos para recoger agua de mar, que no es potable y me contesta que sí, que metían en los pozos unos pececitos pequeños que transformaban el agua y la convertía en potable?????. \n\n

    Cuando salimos del restaurante empieza a llover suavemente y ya no lo deja en toda la tarde. Visitamos un monasterio abandonado en San Roque, que es el monasterio de San Pedro de Alcántara. Subimos a la meseta alta de la isla y visitamos, a pesar de la lluvia, la lagoa del Capitao, donde hace bastante frio y damos de comer a unos patos. Luego bajamos a la costa sur y nos acercamos a conocer el hotel Aldeia da Fonte, que está en Silveira (Lajes). Reservamos una habitación para el jueves, que será cuando regresemos de la isla de Faial. La finca de este hotel es muy grande y con mucha vegetación, como toda la isla y dá al mar. Tiene 4 estrellas y está bien de precio.\n\n

    Hotel Recomendado: Adeia da Fonte. Silveira / Lajes, (Pico). 55 €, Hab. + Desayuno.\n\n

    Emprendemos el regreso a Madelana haciendo paradas en algunos lugares, como por ejemplo el puerto de San Cayetano que es muy, muy pequeñito, solo cabe un barco, y no grande, pero tiene una explanada al borde del mar con muchos tamarindos que le dan un encanto especial.\n\n

    La isla tiene vegetación por donde quiera que vayas, a excepción de los lugares construidos. El resto son o bosques de laurisilva impenetrables o, en menor medida, prados donde las vacas pueden romperse una pierna un día sí y otro también porque sobre las piedras de lava que forman la isla se ha sedimentado una pequeña capa de tierra, que es muy fértil y enseguida crece la hierba, pero el prado queda llenito de agujeros y boquetes, como si tuviera granos. Vamos, imposible pasar una segadora, ni siquiera una guadaña.\n\n

    A Pico le llaman la isla negra porque para cultivar la vid, principal cultivo de la isla, construyen unos corrales de piedra, que aquí siempre es negra como el tizón, y al haber tantos, dan ese negro aspecto al paisaje. Estos muros de piedra tienen dos funciones, una proteger a la vid del viento y otra recoger el calor del sol y soltarlo por la noche para calentar la planta, y además los paisanos obligatoriamente tenían que retirar estas piedras del terreno para poder plantar.\n\n

    Martes, 3 de Abril 2007. Pico y Piquinho do Pico.\n\n

    Hoy hemos sido los primeros en bajar a desayunar (7:30) porque Mariano quiere subir al pico Pico que tiene una altura de casi 2400 metros. Está lloviendo y la nena no sube, pero aunque no lloviera, tampoco subiría, porque desde que llegamos nunca se ha visto más allá de media montaña. La otra mitad siempre está cubierta por nubes o niebla, o ambas cosas.\n\n

    Paso la mañana haciendo turismo por Madalena. Primero me acerco a la casa de alquiler de coches para arreglar la entrega del coche mañana y reservar otro para pasado mañana, cuando volvamos de Faial. \n\n

    Después visita a la iglesia matriz que es muy bonita por dentro y por fuera. En el exterior hay dos araucarias más altas que sus torres y que se ven desde cualquier punto de la villa y me sirven para orientarme. Por dentro es una iglesia bonita y acogedora con un altar mayor barroco y deslumbrante dorado. Observo el Ferry de Faial que pasa al lado de los islotes de Em Pé y Deitado, que son los restos de una antigua caldera.\n\n

    Cuando salgo de aquí, intento llegar al museo del vino con las indicaciones que me ha dado la chica del hotel, pero me pierdo y, lo que me encuentro es delante del supermercado. Aprovecho y me tomo un café tranquilamente mientras leo unas cuantas páginas de un libro. Con las fuerzas recobradas intento nuevamente encontrar el museo, que por cierto, está en la otra punta de Madalena. \n\n

    Ha dejado de llover, luce un sol espléndido y está completamente despejado. Me alegro por Mariano y, espero que dure, aunque veo acercarse más nubarrones en esa dirección. Llego por fin al Museo del Vinho, que es de grandes dimensiones: una finca con valla de piedra negra, como todas las de la isla, en la que gran parte la ocupan los "corrales de vides" y también hay cuatro pabellones entre un espectacular bosque de Dragos. El ejemplar más hermoso está justo a la entrada de la finca y te deja con la boca abierta. El resto del museo no vale nada. Solo hay un alambique, un lagar y dos carros de bueyes y un pozo de mar.\n\n

    Doy un largo paseo a lo largo de la costa para llegar a un restaurante que habíamos visto la tarde anterior, y por el camino me encuentro al dueño del restaurante Aguas Cristalinas que iba con su madre. Nos reconocemos y nos saludamos muy sonrientes los dos. Encuentro el restaurante y como ahí. La comida no vale nada y sin embargo me cuesta 17 euros (Brocheta de pescado y marisco con guarnición).\n\n

    Antes de regresar al hotel, visito el cementerio que me llama mucho la atención: es pequeño y apenas hay lápidas sino que se entierra en la pura tierra, a veces incluso sin una cruz, pero todas están llenas de flores (de plástico) con una media de 5 ramos por tumba. Es el cementerio más florido y colorista que he visto nunca. \n\n

    Vuelvo al hotel y al poco rato me llama Mariano para decirme que ya está en el coche y viene de camino.\n\n

    PICO (2351). O pico mais alto do Portugal.\n\n

    Las islas de Pico y Faial se caracterizan por estar constituidas por un pico central que domina y ha formado cada isla. Hoy voy a subir el Pico que dá nombre a su isla y es la cima de Portugal.\n\n

    Bajamos a desayunar a las 7:00, cuando abren el comedor del hotel. Después de desayunar tomo el coche y, como ya me sé el camino, en media hora llego donde están haciendo el Centro de Interpretación del Parque Nacional de Pico y punto de partida (1200) de la subida al Pico. Está lloviendo y hace una niebla que no permite ver más de 20 metros pero la senda empieza señalizada. Marco situación en el GPS y empiezo la empinada excursión. Subo unos 100 metros de altura y ya tengo las zapatillas totalmente empapadas y me dedico a meter todo en bolsas porque la mochila ya está muy mojada. Tomo referencia con el GPS. Otros 100 metros más arriba llego a un pico que domina una pequeña caldera donde hay una sima muy profunda. Han hecho un muro de protección para que no se caigan los turistas y el ganado (en verano).\n\n

    La senda tiene indicaciones reflectantes (de las utilizadas en las carreteras) cada 50 metros pero faltan bastantes debido a la climatología. La senda es empinada y llueve a manguerazos con visibilidad de 20 metros. Sin embargo la roca volcánica tiene una adherencia en mojado perfecta. En un momento dado, la senda se hace muy poco marcada y te obliga a agarrarte con las manos debido a la inclinación. Además, hace media hora que no hay indicaciones luego deduzco que no estoy en el camino bueno. Intento marcar con el GPS y me doy cuenta que se me ha debido caer hace ya demasiado tiempo. Sigue la lluvia y el viento y la temperatura es baja. Solo llevo puesta una camiseta térmica y el chubasquero pero como siempre hay que esforzarse en subir no se pasa frío. Me voy resintiendo de la convalecencia de la fractura oculta del cóndilo del fémur por lo que procuro no forzar la pierna derecha. Se hace larga la subida pero he vuelto a encontrar las indicaciones reflectantes.\n\n

    De repente, la luminosidad empieza a aumentar rápidamente y aparece el sol radiante en medio de las nubes desgarradas que pasan a gran velocidad. Me parece que ya estoy en el Piquinho del Pico y subo rápido y animado por la zona de máxima pendiente. Cuando llego arriba descubro la realidad: Abajo, sin posibilidad de bajada, la caldera de 800 metros de diámetro y muy lejos el Piquinho. Hay que rodear la caldera y subir al Piquinho por lo que ello representa cerca de una hora adicional. Pero lo importante es que se mantenga despejado al menos una hora.\n\n

    Empiezo a subir el Piquinho y sé que no voy por la ruta porque se pone un poco difícil (II / III). En la cima tomo algo de comida y saco fotos. Tengo suerte porque no es habitual que esté despejado en esta época. El móvil aquí no funciona.\n\n

    Huele a fumarola pero soy incapaz de ver el sitio por donde salen los vapores. Encuentro la ruta de descenso y emprendo la vuelta. De nuevo vienen las nubes, el frio y las lluvias a manguerazos. Solo quedan 1100 metros de desnivel que he de bajar despacio sin forzar la pierna e intentando ir de una indicación a la siguiente en medio de la niebla. Poco antes de llegar al final me encuentro el GPS en medio de la senda y funciona a pesar del agua¡. Llego al coche a las 14:00 (han sido 6 horas de excursión).\n\n

    Recomendaciones para subir al Pico con mal tiempo: a.- Llevar botas de suela dura y con guetres para protegerse del agua. b.- Llevar mochila de tamaño suficiente. c.- Llevar ropa con capucha impermeable al viento y al agua, guantes y ropa seca de repuesto. d.- Llevar gafas de sol y crema solar. e.- móvil, Gps y brújula. f.- Comida ligera y agua. e.- Según los picoenses: contratar un guía o, al menos, avisar antes de empezar a los "Bombeiros". Están muy sensibles con este tema porque en Septiembre les falleció de frío una turista que subió sola, tuvo una caída con fractura y no fueron a por ella hasta 3 días después. Realmente sube poca gente y con mal tiempo, no sube nadie.\n\n

    Por la tarde vamos a recorrer los pueblos costeros de Cachorro y Cabrito. ¡Curiosos nombres! Están en una costa de piedras volcánicas negras y las casas son igual de negras, solo las habitan en verano y hay muchos tamarindos. Me gusta esta zona. De pronto se pone a diluviar, así que nos metemos a tomar un café, esperando a que escampe, pero no tiene ganas de dejarlo, así que decidimos volvernos al hotel haciendo antes una visita a las piscinas marinas de Madalena en las que debe dar gusto bañarse (en verano). Pagamos ya el hotel porque mañana a las 8:30 salimos para Faial.\n\n

    FAIAL \n\n

    Miércoles, 4 de Abril 2007. Horta (Faial)\n\n

    Dejamos el hotel Caraveles ante de las 8 de la mañana, y mientras yo me quedo con las maletas en el muelle comprando los billetes del barco a Horta, la capital de Faial, Mariano va a devolver el coche de alquiler. A las 8:30 zarpamos hacia la otra isla. Una travesía de 20 minutos aproximadamente, pero suficiente para que yo llegue más mareada que una mona. ¿Se marean las monas? \n\n

    Lo primero que hacemos es alquilar un coche con la compañía Ilha Verde, donde descubrimos que tienen la ficha de Mariano, por haber alquilado el coche con ellos el año pasado, en la Isla de San Miguel. Esta informática es terrible. No se escapa nadie. En nuestra guía buscamos un sitio para dormir que pueda gustarnos y elegimos la Quinta de las Buganvilias. Llamamos y como sí tienen habitación, allí nos dirigimos. Se trata de una antigua casa con tierras, ahora restaurada y convertida en hotel y decorada con unos cuadros de un pintor local, que nos gustan mucho, y que según nos cuentan vive en Pico. También vemos cuadros de su mujer, de la que nos cuentan, acaba de divorciarse. Nos encanta y de los jardines ya ni hablamos, todas las flores que existen en la isla están aquí. También tienen invernaderos por lo que creemos que, además del hotel, tienen negocio de flores. La finca está tocando con la pista de aterrizaje del aeropuerto, lo que sería un problema si se tratara de otro, pero aquí sólo hay 1 ó 2 vuelos diarios y sólo por la mañana; por lo menos en esta época del año.\n\n

    Hotel Muy Recomendado: Quinta das Buganvilias. Castelo Branco / Faial, 60 €, Hab. con puerta a jardín + Desayuno. Muy tranquilo y agradable.\n\n

    Después nos vamos a visitar el volcán Capelinhos que tuvo una gran erupción en 1.957, saliendo del mar una enorme montaña negra que hemos recorrido nosotros y que dejó sin utilidad el precioso faro que allí había; porque de la noche a la mañana quedó tierra adentro y tapada su vista desde el mar. Ahora lo están restaurando para hacer un Centro de Interpretación, para que así los turistas tengan algo que hacer.\n\n

    Hacemos una excursión por la nueva península que nos lleva una hora y observamos unos precipicios de cientos de metros que tienen peligro de derrumbamiento. Mariano se pasa media hora adicional explorando otras partes del terreno volcánico (parece que estamos en Marte). Todavía apenas hay plantas.\n\n

    Comemos en el restaurante Bela Vista que nos recomendó el dueño del hotel y allí pruebo, por primera vez, la morena; pez que ya tenía yo ganas de probar desde que estuvimos en la isla del Hierro y no había tenido ocasión. Es un pez extraño, con una piel crujiente y un sabor suave y agradable que me ha gustado, la textura recuerda un poco a la del congrio. Mariano se pide un sargo, pero le ponen dos, además de cachelos y ensalada, como a mí; los cachelos son los más ricos que he comido nunca, estos deben ser como los que mi madre dice que se comían en Galicia cuando ella era pequeña (antes de la llegada de la patata holandesa a "nosa terra").\n\n

    Restaurante Recomendado: Bela Vista. (Faial). Sitio recogido al lado de la carretera y con buenos pescados. \n\n

    Por la tarde hacemos el recorrido circular de la isla y a pesar de haber parado en varios "puertos" diminutos y en una bonita playa de arena negra como el tizón, llegamos a Horta a las 6 de la tarde. De esto deduzco que la isla es bastante más pequeña que Pico. Esta isla también es verde y bonita como todas las que hemos visto de las Azores, pero no es tan hermosa como San Miguel, ni tiene la personalidad y el encanto de Pico. Noto además que la casas no son tan bonitas, o no están tan cuidadas, probablemente por falta de dinero y no de ganas. Mariano no coincide plenamente en este juicio.\n\n

    A las 8 de la tarde, cuando empieza a anochecer y llover, llegamos al hotel y nos relajamos…\n\n

    Jueves, 5 de Abril de 2.007. Faial\n\n

    Desayunamos en el comedor-cocina de la Quinta de las Buganvillas. Esta es la cocina de mis sueños. Está en la primera planta, tiene ventanales a tres puntos cardinales, y por ellas ves: el mar, el jardín y un prado. Hace una mañana soleada y espléndida. Esto es un sueño: la mesa grande con mantel blanquísimo de hilo, llena de cosas deliciosas, mermeladas caseras, frutas, quesos, pasteles y mucho más. Los muebles son antiguos como los de nuestra habitación. Me quedaría aquí para siempre. Recorremos, después de desayunar, la parte de los jardines que no habíamos visto antes, y también vemos un gallinero muy grande con gallinas y patos, y un túnel largo y oscuro por debajo del aeropuerto por el que recomiendan no pasar sin linterna; pero claro, este cartel es un acicate para Mariano que lo atraviesa hasta el final sin linterna y descubre que acaba en el mar.\n\n

    Después de despedirnos de Carlos (el dueño del hotel) nos vamos a Horta porque queremos visitar el mercado al aire libre y también ver una Exposiçao. Vemos al Pico casi despejado y aprovechamos y le sacamos unas fotos:\n\n

    Horta tiene la tradición de ser el puerto marinero donde descansan todos los veleros que atraviesan el Atlántico por Azores. Es costumbre que las tripulaciones dibujen sobre los malecones del muelle un grafitti (algunos son preciosos) con los datos de cada travesía. El mercado está en crisis, por desgracia, y ya no abren más que 3 ó 4 puestos y la exposición… es por la tarde; de manera que compro un regalo para Silvia (que no sé si le gustará) y nos vamos a ver la Caldera del principal volcán de la isla, que está a más de 1000 metros de altitud con un diametro de 4 Km. El volcan es Reserva Natural y sólo dejan rodearla pero no bajar al fondo de la caldera de 400 metros de profundidad. De todos modos hay una niebla espesa, un viento do demo y un frío que no hay quién lo aguante.\n\n

    Bajamos, bajamos durante muchos kilómetros por pistas desiertas (solo vemos caballos y vacas) hasta que desaparece la niebla y nos sentamos a comer pan y queso en un antiguo lavadero abandonado. Este lavadero está muy lejos de cualquier centro habitado por lo que me doy cuenta de lo dura que era antes la vida; no sólo por tener que lavar a mano, sino también por las distancias que tenían que recorrer las mujeres hasta este sitio en el que había agua abundante.\n\n

    A las 5:15 sale nuestro Cruceiro entre Ilhas, un viejo barco no muy grande, cargado hasta los topes y que volverá igual de cargado; porque cuando llegamos a Pico, el embarcadero está llenito de paisanos con sus maletas, cajas y cestas, esperando nuestra llegada para subir ellos e ir a Faial. Con tanto personal se forma un lío descomunal, todos allí mezclados, las maletas que las desembarcan pero que no puedes llegar a ellas por el mogollón que tienes delante. Me gusta.\n\n

    Llegamos a Madalena (Pico), desembarcamos, cogemos el coche de alquiler en La Tropical y nos vamos a comprar quesos de las Azores (San Jorge y San Joao) y vino (Terras de Lava y Frei Gigante) para llevar a España, y ya nos vamos al hotel que hemos reservado en la zona de Lajes: La Aldeia da Fonte. También es una finca muy grande, al borde del mar, con varias casas de piedra negra y espesos jardines que, como el día está gris y lluvioso, parecen un poco tristes o melancólicos, pero con mucho encanto. Cenamos en el restaurante del hotel que se llama Houco-Pouco y que viene anunciado en todas las guías, y como siempre, no podemos terminar la comida, tan grandes son las raciones. No acabamos de darnos cuenta que tenemos que pedir un solo plato para dos. La habitación es muy acogedora con dos camas muy cómodas y un hermoso baño. Hay hormiguitas.\n\n

    Hotel Recomendado: Adeia da Fonte. Silveira / Lajes, (Pico). 55 €, Hab. + Desayuno.\n\n

    Viernes, 6 de Abril de 2.007. Lajes (Pico) y regreso.\n\n

    Nos despertamos y llueve. Mucho. Nos mojamos para ir a la casita del desayuno y ya en la recepción vemos más cuadros del pintor que habíamos visto en el hotel de Faial; preguntamos y nos ponen en contacto con Serge, el dueño de la tienda de Lajes donde Mariano se compró una camiseta de rayas Wally. Nos cuenta que tiene cuadros pero no de este pintor sino de su mujer, Fátima Madruga, que ahora está en el Continente reponiéndose de una depresión, probablemente por haberse divorciado. A mi me gusta un cuadro, a Mariano otro y ambos están reservados por el ex marido, así que nos llevamos uno con una escalera con pozo de mar que nos gusta a los dos, y que colocaremos en la entrada de casa.\n\n

    Comemos en el restaurante Espasso Talassa de Serge Viallelle (también tiene hotel y organiza excursiones para ver ballenas y delfines); \n\n

    Después de comer recorremos varios puertos (Ribeiras, Calheta, Prainha) de los pueblos que vamos encontrado de camino al aeropuerto, y cuando recapacito me doy cuenta de que llegamos tarde porque nuestro vuelo sale dentro de hora y media; así que piso el acelerador, y lo piso tanto que me paso de largo el desvío, vuelta atrás y sigo pisando fuerte, me vuelvo a pasar de largo el segundo desvío y, de nuevo, marcha atrás. Por fin llegamos, yo muy acelerada, devolvemos el coche, facturamos y … nos damos cuenta que aquí todo va más despacio, todavía no ha llegado el avión, digo avión en singular, porque no hay más, con lo cual las 10 ó 12 personas que estamos aquí no podemos entrar en la sala de embarque porque todavía no la han abierto.\n\nPor fin llega el avión y nos vamos a San Miguel donde hacemos una escala de 2 ó 3 horas. Aquí intentamos comprar sellos de correos para enviar postales y la máquina expendedora se queda con el dinero, eso sí, nos da un recibo. Llegamos a Lisboa a la 1 de la madrugada y nuestro vuelo a Madrid sale a las 7:30, así que decidimos quedarnos en el aeropuerto; tampoco aquí funciona la máquina de los sellos ¡lástima! Intentamos dormir un poco en una zona donde nos juntamos bastantes turistas en tránsito y aunque podemos estirarnos en las sillas, tengo frío y no me duermo, así que a las 5 de la mañana me voy a desayunar un buen café y un bolo de arroz me entonan. El vuelo es corto y Silvia nos está esperando en Barajas. Una vez más hemos llegado a la peor parte de una vacaciones: el final.\n\n\n\n\n\n

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