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  • CONFIESO QUE HE COMIDO\n\n

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    Tengo por costumbre desayunar, comer y cenar todos los días. Si me salto algún refrigerio me pongo del mal humor, a no ser, que no coma por voluntad propia. Ya sea por dieta, por inapetencia, de enfermedad o no comer por haber comido, por ejemplo en las celebraciones de efemérides, que te regalan los sentidos con tantas viandas, que te pasas comiendo y al llegar la noche pues te saltas la cena. Me tengo por un probador nato y si hay multitud de platos, a poco que pruebes te llenas. Cosa que no hay que hacer nunca. Lo mejor es levantarse de la mesa con un huequito. \n\n

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    Hay teorías gastronómicas para todos los gustos, incluso las hay que aconsejan hacer una sola comida al día !Que barbaridad¡ La dieta del cochinillo asado, te lo tomas por la mañana para desayunar y no tienes más necesidades en el día. Recomiendan en algunos casos empezar las comidas tomando el postre de fruta. Los ingleses se meten unos desayunos que no se les salta un torero, luego ya están ahítos y comen fish & chips para cenar. De todo esto no hablaremos. \n\n

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    RECETAS PARA RECORDAR, DE LAS QUE NO ME ACUERDO\n\n

    En ocasiones, la comida, que se presentaba como algo especial te deja un recuerdo inolvidable. También puede ser causa de una sorpresa tan agradable, con tanto jugo gástrico salivado que se te queda en la memoria para siempre. Pues de estas recetas se trata este texto. Yo me lo comí y lo disfruté, y solo pretendo, volver a disfrutarlas en mi mente y dar todos los datos que recuerde para que se pueda volver a reproducir la magia gastronómica que a mi me tocó con su varita mágica.\n\n

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    La mayoría de los libros de cocina tienen recetas para reproducir cada plato, pero lo cierto es que no he preparado ni uno de cada cien recetas. Y eso que han pasado recetas en libros bien queridos. Por mi vida pasaron libros clásicos como “1080 recetas de cocina”, libros de cocinas, llamémoslas exóticas, de Tailandia, Turquía, Vietnam…, de zonas de trabajo y vida: “Cocina Canaria”, “Recetas de Palencia”…, libros de amigos y familiares como “El arte de la cocina Japonesa” de Shuji Shiono (era un profesional en el Hotel Villamagna), de la peña de cocineros de Roa (Burgos), “Les bons petits plats de St Germain” de mi cuñada Nané Fournès-Gabriac, y hasta recortes de revistas, folletos, promociones de productos…\n\n

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    Ha salido un nuevo Chef que se hace llamar Falsarius, es el “Rey” de la cocina de latas, botes, congelados… Es cachondo y recomiendo el segundo libro, con ideario de inspiración con recetas comentadas. De risa y de alucine. \n\n

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    En resumen, no habrá muchas recetas. Si que se relatarán muchas emociones, anécdotas y vivencias. Si quieres una receta en concreto, mete su nombre en Google y podrás escoger, el autor, la foto de presentación el número de comensales. Viva el buscador/es.\n\n

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    EL POLLO CON MIEL\n\n

    En Chiang Mai, ciudad capital del norte de Tailandia, me quedé con el regusto de comer un pollo asado dulce. Era la especialidad del restaurante y venía indicado en “Le Guide du Routard”. Corría el año 1986 y era mi primer viaje a otro continente. Era inconcebible para mis papilas gustativas combinar el dulce de la miel con la piel del pollo asado, y los asiáticos lo deben hacer desde hace milenios. Que te crees que es el pato lacado, divulgado por los restaurantes chinos. La combinación era perfecta, suculenta y ha dejado en mi pituitaria un regusto que no olvidaré jamás. No he vuelto a comerlo nunca, pero el sabor persiste. Si alguien se anima a preparar un pollo con miel, que me avise, que me presento como el primer catador.\n\n

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    PAT-THAI\n\n

    El Pat-thai es el plato nacional de Tailandia y debe haber tantos tipos de Pat-thai como de familias. El que te tomas en los restaurantes populares de la calle de Kao Sand road, donde se encuentran multitud de hotelitos económicos de viajeros, se hace en el momento en un wok, la base son la pasta de arroz en forma de espaguetis, pasados por el agua hervida y refritos con aceite de coco? Y añadidas verduras troceadas. También lleva camarones minúsculos (me recordaban a los que sirven de alimento a las tortugas de agua) polvo y trocitos de anacardos y brotes de soja. Puede tener trocitos de pollo, huevo revuelto, chanquetes y hasta trocitos de jamón serrano, aunque ya estaríamos hablando de una subespecie de Pat-tai españolizado. \n\n

    Del sudeste asiático que conozco he quedado prendado, de sus platos y combinaciones. En Tailandia la comida es como imperial, en Malasia disponen de satei con salsa de cacahuete o anacardo y en Vietnam combinan cuatro sabores básicos: dulce, salado, agrio y ácido, y te puedes comer un cangrejo antediluviano con forma de casco militar: el cangrejo Sam, o una sopa de fideos de arroz con tropezones de carnes y verduras para desayunar. \n\n

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    GAZPACHO PERO MANCHEGO\n\n

    En plena Mancha manchega, creo que era Osa de Montiel de Ciudad Real, donde había un restaurante que servían un Gazpacho manchego con fama mundial. En la mesa de al lado eran cuatro comensales orondos, como que vinieran de Bilbao, que después del primer gazpacho pidieron repetir, para eso venían de lejos y se les notaba que les daba pena no aprovechar la ocasión. En el otro lado, una pareja de estilo hippy, cuestionaban al camarero, sobre la carta, demandando algún plato vegetariano. El Gazpacho manchego está compuesto de carnes de caza deshilachada y unas láminas de pan o torta ceceña, al estilo de los canelones. Las carnes eran de perdiz, conejo y cerdo mezcladas y guisadas con setas, tomate y hierbas. Posiblemente estaban muy despistados y el nombre de gazpacho, es verdad que tiene mucha fama el andaluz, que no es más que una sopa fría de tomate con otras verduras, y muy apto para vegetarianos.\n\n

    No lo he comido más que en aquella ocasión pero lo tengo en la memoria y en las papilas gustativas de la punta de la lengua. Que delicia, que buena mezcla en la que no sabes si comes perdiz o conejo porque esta tan entremezclado que no hay quien lo distinga ni falta que hace, lo mejor es degustar cada cucharada. Debe ser una plato de antaño, de puchero de barro, de cocción lenta, de temporada de caza, de abuela entregada a fogones y familia. \n\n

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    VIAJE A UNA PAELLA CON LOS CINCO SENTIDOS\n\n

    Antonio es el último amigo que hicieron mis padres, era de Valencia, y vivía en Alicante. Tenía tierras plantadas con cítricos, y me contó que ya había treinta y tantas especies de naranjas. A base de modificaciones se ha conseguido que unas se retrasen en su maduración y otras se adelanten, de modo que durante casi todo el año se producen naranjas frescas. Contó que de Turquía se importaban barcos enteros de bellotas para alimentar a los cerdos ibéricos de Extremadura. \n\n

    Un sábado de una semana santa, allá por 1990 y algo, nos invitó a su finca, cerca de Guardamar de Segura. Antes de llegar disfrutamos del olor a sal del mar y de las salinas, y más tarde del olor a azahar, y cuando pusimos píe en tierra entre los naranjos el olor nos explotó. Además se oía un continuo estruendo de croares. Venían de una alberca, casi seca, con un fondo de agua que concentraba una población de ranas cantarinas y en celo, no podían salir del depósito, porque las paredes de más de dos metros se lo impedían.\n\n

    Los naranjos repletos de frutos vistosos nos decían cómeme y las probamos y la boca se nos hizo agua. Recogimos un par de bolsas de plástico cada uno. Total que llenamos el maletero de naranjas.\n\n

    En la tierra encontré una almejorra de piedra, del tamaño de un puño y la acaricié. Era un fósil perfecto y al lado había otro y otro..., llené una bolsa de plástico que casi se rompe. Mis amigos que aman la naturaleza saben de lo que hablo, porque tienen una almeja en su casa. El dueño de la finca nos contó que al excavar la alberca, encontraron el fósil de un dinosaurio que se llevaron al museo de Guardamar de Segura.\n\n

    En el pueblo, fuimos a una pescadería y compramos pescados de roca, rojizos, feos, pequeños y un kilo de galeras una especie de gamba de cuerpo muy plano con mucha cabeza y sin bigotes. \n\n

    En el apartamento, fue la primera vez en mi vida, que vi a mi madre hacer de pinche de cocina. Recuerdo que llenó la olla a presión con los pescados y preparó un caldo. Las ñoras, una especie de pimiento seco, machacadas junto a un montón de dientes de ajos fueron la base para prepara el arroz a banda. En una paellera enorme no había más que arroz bañado por el caldo y al final añadió por encima unas cuantas galeras. Que exageración de paella, pues nos la comimos enterita.\n\n

    Creo que repetí tres o cuatro veces. Hasta entonces, de las paellas lo que mas me gustaba eran los tropezones, y desde aquel día aprecio el arroz, siempre y cuando esté elaborado con un caldo jugoso. \n\n

    El cocinero buen conversador nos contó mil y una anécdotas. La mas suculenta era que siendo corneta de la falange o de la OJE, a sus 14 años, humilló a Franco en una visita a Valencia. Su jefe de filas era más falangista que Franco y dio orden de dar media vuelta a la tropa, para mostrar su disconformidad con alguna decisión con respecto a la Falange. El jefe fue destituido el mismo día. Es lo que pasa con los ortodoxos José-Antonianos.\n\n

    Para ver más no recetas con fotos:\n\n

    \nhttp://lacomunidad.elpais.com/blogfiles/diapoteca-espanola/91CONFIESOQUEHECOMIDO.pdf\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

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  • 91 CONFIESO QUE HE COMIDO, de Jesús Sastre
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