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 Un discapacitado recurre a un taxi ante la imposibilidad de viajar en transporte adaptado hasta Andalucía, donde espera ver nacer a su nieto en Navidad.\n\nPONTEVEDRA.- El 10% de la población de la Unión Europea sufre algún tipo de discapacidad. Solo en España, cuatro millones de personas. Una de ellas, Manuel Bastón, vive en Mourente. Desde allí, saldrá hoy para Cádiz. Primero pensó en viajar en autobús, pero la línea directa no cuenta con rampa específica para que pueda subir con la silla de ruedas en la que se mueve desde hace trece años. Así que, su mujer, Lucía Loira, optó por el tren.\n\nLa de Pontevedra es una de las cien estaciones que Renfe contabiliza como adaptadas para discapacitados. Tanto el edificio como los trenes de largo recorrido cuentan con el servicio. Pero tampoco allí encontró colaboración. «Si le digo que no hay nada, no hay nada», fue la respuesta que obtuvo tras un segundo intento en el departamento de Atención al Cliente, asegura Lucía Loira, que insistió en conseguir un billete en coche cama para viajar hasta Andalucía. \n\nHoy, tras valorar también ir en avión, tomará un taxi para hacer, junto a su marido, más de mil kilómetros y poder ver a su nuevo nieto, que está a punto de nacer. Le costará mil euros.\n\n«Pensamos en coger un avión a Málaga, pero cada billete nos sale por 260 euros, y luego le tenemos que sumar el desplazamiento hasta Santiago y desde Málaga a Cádiz, más los problemas que nos podemos encontrar por el camino», relata Lucía Loira. El importe del taxi, que el matrimonio ha tenido que pedir a Vigo, porque tampoco han encontrado uno adecuado en Pontevedra, tampoco contempla el 40% de descuento al que Manuel Bastón habría tenido de haber podido viajar en tren.\n\n«Me hierve la sangre cuando escucho que a la ciudad le dan un premio a la accesibilidad. Yo vivo a cuatro kilómetros del centro, en Mourente, no tengo transporte público para llegar a la ciudad, y ahora me pasa esto. Es que dan ganas de hacer un dosier y enviárselo a quienes han decidido premiar a la ciudad», dice indignada Lucía Loira, que se ha planteado incluso reclamar el importe de la factura del taxi una vez de vuelva de Cádiz.\n\nAhora, la felicidad de ver a su nuevo nieto puede incluso con la indignación de ver cómo la discapacidad de su marido, provocada por el desplome de un andamio cuanto trabajaba en la construcción, se convierte en un inconveniente cada vez que se dispone a realizar un desplazamiento. Ya se de mil kilómetros hasta Cádiz o de cuatro, desde su casa al centro de la ciudad.\nPUBLICADO EN LA VOZ DE GALICIA\n
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