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 De esto tendrán mucho que contar los alumnos porque fue la gran noche para muchos. Paraíso o infierno era un juego que proponía la animación del barco y que tuvo un gran éxito porque si de algo habrá dado fe este grupo es de participación. Aunque en esta ocasión estuvimos divididos, porque Almudena y Alba que vestían de rojo se fueron al infierno. Al resto nos agradaba el paraíso y allí nos quedamos. Creo recordar que ganó el Paraíso.\nPero antes de la noche, el viernes arrancó en el puerto de Nápoles. Ya nos lo había avisado el director del Crucero, Bruce, con un atuendo similar al Padrino y a las mafias mediterráneas: "En Nápoles hay que agudizar los sentidos porque en cualquier momento puedes ser presa de un timo". Eduardo lo comprobó en la guagua cuando sintió que el bolsillo de la bermuda se movía. Pero los napolitanos también son muy agradables y colaboradores. La ciudad esta destartalada y el tráfico no tiene calificativos. Sin embargo, aquí visitamos Pompeya a los pies del Vesubio. Todo permanece igual. Los arquitectos de entonces no soportaban la presión inmobiliaria y predominan los espacios públicos y las buenas señalizaciones. Incluso los prostíbulos tienen sus indicaciones para que nadie se perdiera en busca del placer. Quizás lo que más le sorprendió fueron las figuras de la familia que murieron agonizando. En esta ocasión acudimos a Shilpa y a Alexandra para que nos hicieran de intérpretes con un inglés que había localizado el punto 56 que llevabamos media hora buscando. Nazaret nos hizo de guía con el librito que nos ofrecieron en el estante de información junto a las entradas. Necesitaríamos dos días para ver bien Pompeya, pero pronto teníamos que regresar al barco y prepararnos para una larga velada. \nDespués del competitivo juego de ángeles y diablos que acabó en la pisicina, los artesanos gastronómicos del barco obsequiaron un menú a medianoche con verdaderas esculturas en chocolate, hielo, frutas y panes. Daba pena hincarle el diente a cualquiera de aquellas obras de arte efímeras. Todos acudimos con la cámara para recoger instantáneas que hoy mostramos a nuestras familias y amigos para dar prueba del buen trato que recibimos. Los animadores captaron la atención de gran parte de este grupo y tengo entendido que la discoteca cerró muy tarde porque el ritmo de este grupo cuesta pararlo. Este día sólo ocurrrió un percanse porque Laura se lesionó en un pie con un filo que salía de su habitación. Mientras la curaban, Vanessa se desmayó. El médico no salía de su asombro, pero todo acabó bien y Laura siguió acudiendo a la discoteca. \n\n\n
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