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 Después de “ correr el vino” , es el momento de hacer el aguardiente.\n\n“Correr el vino“, es básicamente pasarlo de las tinajas a las garrafas, filtrándolo por una canilla de pajas finas colocada en un orificio en la parte baja de la tinaja.\n\nEste acto se celebra en cada bodega, y el dueño se acompaña de vecinos y amigos para disfrutar de este rito, que ya os contaremos en otra ocasión…\n\nHay que preparar el alambique y llenarlo de “la casca” ( masa formada por hollejos y pepitas que queda en el fondo de la tinaja). La destilación se produce por fuego directo ( generalmente, de leña) y, se obtiene el orujo gota a gota. La primera parte del destilado es de mayor graduación que el resto (calculo aproximado de unos 40º…)  \n\nEl sabor de esas gotas, al salir, ya frías, es algo indescriptible, una sensación única que te recorre el cuerpo con un escalofrío.\n\nEn casa, mi abuelo, siempre ha embotellado este aguardiente con uvas pasas (siempre de uva blanca), que va adquiriendo con el tiempo un increíble color dorado.\n\nOtros, lo almacenan para hacer posteriormente otros licores : angélica, orujo de moras, de café… \n\nA lo largo del año y después de una agradable comida, se tomará en buena compañía.\n\n\n\n\n\n
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