LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_FCATUS_2010_11_25_LA-RUTA-LA-SEDA-TRAMO-3-HOUSTON-TULSA

Miércoles 10 de Mayo\n\n3:00 PM – Le debería escribir una carta a Lula para quejarme de los Aviones Embrear, orgullo de la industria brasileña – pensé cuando me embutía en el Asiento 9A justo detrás del Sr. Ochoa. Unos noventa minutos después y todo tullido, me resultaba difícil pensar que el Viernes regresaría por la misma vía. Transcurrí sobre las praderas del norte de Texas hasta seguir la misma monotonía al Sur de Oklahoma, hogar rezagado de los grupos étnicos sobrevivientes a la conquista del Oeste por parte de estos cara pálidas.\n\n9:00 PM – Llegué a la habitación 401 del vetusto Hotel Phillips, ubicado en la calle Jones de esta ciudad que cobija aproximadamente a unos 70000 habitantes que se congelan cada tanto. Apenas a unas tres cuadras, se encuentra la famosa Torre “Cooper” único edificio del Arquitecto Frank Wright, cuya característica más famosa es la ausencia de ángulos rectos en las paredes, ni siquiera en el claustrofóbico ascensor diseñado especialmente para esta obra extravagante pero exquisita.\n\nJueves 11 de Mayo\n\n12:00 – El café Aromas no ha cambiado sino para mejor, en esta pradera repleta de ofertas gastronómicas que forman parte del paisaje cultural de esta nación, con sabores que responden al mercadeo gastronómico de tendencias afines al consumo más no al disfrute. Con esa tragedia en mente, como diría Esquilo antes del accidente con el quelonio, ingresamos al salón que no ha cambiado en años y luego de la bienvenida de rigor, escuchamos las sugerencias del día, para conseguirnos con la sorpresa de una lasagna con pollo y espinaca, con salsa Alfredo, que escoltaba a un promisorio Goulash. En mi caso, acompañé esta sopa caucásica con una pasta sumergida bajo el rojo manto del ragú de carne, suficientemente preservada en estado criogénico para hacerme frente en esta ocasión. No puedo aventurarme a justificar lo apetitoso del Goulash debido al frío persistente para la época avanzada del año, pero el caldo y sus vegetales acompañantes cumplieron la tarea de mantener vivo, a pesar de las condiciones atmosféricas, a un pobre mortal que vino del trópico, igual que los administradores de este local. A despecho del tiramisú que prometía mucho más de lo que lucía, seguí fiel a mi ristretto cuya altura en la taza responde al reflejo de dos dedos de mi mano derecha los cuales especifican al atribulado mesonero, cuánto de café convierte a este condensado en la energía que realmente mueve al mundo. No me imaginaría el planeta privado de cafeína ¡.\n\n