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  • Viernes 12 de Mayo\n\n3:10 PM – Aquí vamos de nuevo, Lula – aunque ahora me tocó el 19A, lo que llamamos la cocina, al lado de las turbinas las cuales con su dulce tormento se encargan de impedir que descansara en lo más mínimo.\n\nLlegué al Hotel La Quinta Aeropuerto (Hab. 224) y me rendí antes que la toma del sueño avanzara por la almohada, entregando el control a ese espacio nocturno con el que alternamos la vida todos los días. Las peripecias de mi viaje, unido al cansancio producto del escaso diseño de una cabina de pasajeros donde no se puede bailar samba, o quizás diseñada mientras estaban pendientes de la samba, me llevan a preguntarme si uno participa del sueño o al contrario, somos un sueño dócil que se reincorpora a la almohada al final del paréntesis cotidiano. Para cuando ya estoy soñando que tengo la respuesta, parece que me desperté de un sueño.\n\nSábado 13 de Mayo\n\n6:00 AM – Voy rumbo a College Station en plan de visitar a Andrea Carolina, quien junto a su hermana forma la descendencia que Loly ha traído al mundo, con mi modesto aporte y el amor de ambos.\n\nNo hubo una sola nube que se atreviera a interrumpir el cielo durante mi visita, para garantizar el espléndido momento de una tarde brillante de primavera, la cual disfruté como he disfrutado cada instante al lado de mis hijas, tanto como al de mi esposa. La brisa traía los cantos de las aves, mientras alimentaban sus crías recién salidas del cascarón en esta temporada promisoria, trayendo todo tipo de alimento a sus picos que pían con furia. El ambiente laborioso se compadecía de una temperatura invernal con dejos cálidos por ráfagas, al tanto que el sol apenas lograba entibiar los edificios de residencias estudiantiles, donde la actividad de mudanza está a tono con la increíble diversidad de objetos que estos jóvenes habitantes guardan con celo en sus habitáculos.\n\nContemplo fascinado en los edificios para dormitorios de la Universidad, donde a pesar del espíritu independiente de esta juventud americana, no deja de sorprenderme la activa participación de los padres y de las madres en las mudanzas de sus críos y crías, cuando el semestre culmina.\n\nPensé ingenuamente que mi visita sería la excepcional oportunidad de ayudar a Andrea a mudarse mientras espera ingreso en la Facultad, como una rareza de esta familia tan lejana pero tan cercana. Al momento de ver a familias enteras, mudando sus hijos, en esta sociedad pragmática y liberal, me estremeció pensar que todo es relativo excepto el amor de una familia – qué pensaría el hijo de Einstein?.\n\nLuego de tales pensamientos y de unas cuantas cajas cargadas en peso, completamos la ubicación de sus incipientes pertenencias en un guarda muebles, para continuar la tradición familiar de grandes mudanzas, las cuales dejamos de contar al llegar a la primera docena, y nos dispusimos a cenar juntos, antes de seguir excavando los genes para establecer dónde se encuentra el nómada de nuestra estirpe.\n\nPara mi infinito orgullo, esta primogénita ha logrado descubrir mediante prueba y ensayo, las virtudes de la comida exótica, si así se puede clasificar a la sorprendente gastronomía Vietnamita. Se me hace que a mi regreso, eso sea parte de la historia de comida repleta de platos de nombres que sólo se pueden mencionar con la boca llena de ellos. Así que guiado de la mano de quien aprendió a caminar de la mía, me dejé llevar para sumergirme en una sopa total, la cual presenta pálidos fideos de arroz, en las profundidades de un caldo intenso y claro, a través del cual se identifican los componentes aromáticos que distinguen esta muestra de sabiduría oriental. Algunos frutos de mar flotan como emulando su vida anterior, para hacer compañía a finas rodajillas de cebollín, julianas de ciertos vegetales y el aporte del contenido de un plato acompañante en el cual destacan los frijoles germinados y un ají picante rebanado, Jalapeño, el cual se va incorporando al líquido caliente en la medida que el comensal devora el platillo lugar donde la cocción continúa para enriquecimiento y evolución de los sabores; un condumio de múltiples propósitos en cuyo final la transformación gradual resulta gloriosa y permite disfrutar de una serie de sabores que mutan en la medida de ser creados por mano propia. La lucha de los fideos contra los palitos chinos, deja como resultado un comensal satisfecho con un plato vacío frente a sí, luego de combinar tanto la pericia en sostener las largas hilachas sin perder el impulso de la sopa en su justa medida, para así lograr el increíble cometido de enfilar los sabores de acuerdo a su intensidad.\n\nA modo de cierre, Andrea ordena un postre inverosímil incapaz de soñar en la más salvaje de mis creaciones; granizado de coco, con gelatina en tiras de algo verde, sobre un lecho de caraotas rojas congeladas. Una delicia digna de los dioses de Ang Vat, allá en Vietnam.\n\n
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  • 2010-11-24 01:22:35
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  • La ruta de la seda - Tramo 4 Tulsa – Houston
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