LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_FCATUS_2010_7_28_AGUILUCHO

\n\nDetuvo el caballo frente a la choza y luego de verificar los datos del catastro, se apeó deslizándose sin quitar sus manos o la vista del pergamino. Su habilidad quedó demostrada de un salto.\n\nLa jauría le hizo paso mientras parsimonioso avanzaba como si fuera un Cónsul. Consciente de su rol, en esta tan apartada región del mundo, ordenó al guardia personal con un gesto leve, anunciarle ante los ocupantes de la huerta. La boñiga en abundancia le hizo voltear la cara en busca de aire, pero la pestilencia era insoportable.\n\nGritando en latín vulgar, el heraldo insignia en mano, describió al último recolector de impuestos de Roma bajo el estandarte del águila. En esta extrema esquina de los dominios, pocos sabían de su existencia. Una anciana salió inclinándose más por sus años, que por los largos títulos anunciados a viva voz. La larga vara le ayudaba a incorporarse a la luz boreal de esta latitud.\n\nColocándose una mano como parasol, escrutó desde sus arrugas al oficial, antes de darle la espalda y cerrar la puerta tras de sí de improviso.\n\nLos hombres se miraron entre sí, ceja elevada de por medio, y sin necesidad de explicaciones se procedió a confiscar la propiedad con el resto de los legionarios, quienes habían esperado a una distancia prudente. L a boñiga los hizo retroceder inicialmente, pero las órdenes del Centurión valían por cien de ellos.\n\nArmados de una determinación admirable, tomaron propiedad en nombre del Emperador de las escasas pertenencias que se encontraban dispersas a su alrededor. En medio del viento y del frío, hicieron proezas para acatar la orden; Expropiar los activos de la contribuyente para garantizar el pago de los impuestos de propiedad a las arcas Imperiales.\n\nLa anciana los observaba desde los fogones, mientras en la olla destilaba un preparado espeso y colorido. El olor se apropió del ambiente e hizo relamerse a más de un soldado, en medio de las condiciones reinantes en lo que hoy día conocemos como Gales. Cuando se disponían a retirar a las ovejas atadas a la carroza, la anciana salió de la casa con un cazo en la mano ofreciendo con una mirada amorosa lo mejor de sus artes.\n\nImposible negarse a esa invitación desprendida, hicieron como los Romanos. Luego de devorar la vitualla, se dispusieron a descansar en lo que sería una siesta inolvidable. Todos soñaron el mismo sueño, se encontraban amarrados en el carromato mientras los legionarios con caras de ovejas se encargaban de asegurarles como carga viva.\n\nDespertaron aterrorizados en medio del lodazal, de la anciana no había ni una pista y los rodeaba la desolación. Iniciaron su camino de regreso a Londinium con las manos vacías.\n\n