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  • Frio absolutoEl temblor despertó con un sobresalto desconocido para la era, relativamente tranquila hasta entonces, cuando súbitamente los suelos se tornaron susceptibles y la noche perenne luchaba con el alba iluminada por los volcanes del horizonte.\n\nAristas inesperadas clamaban por un espacio en el paisaje al dejar su lecho precámbrico bajo la costra frágil del planeta, cortando el vacío ahora enrarecido por las nuevas substancias que reaccionaban en esa atmósfera inestable de manera instantánea, formando caldos inesperados que bullían a la espera de una descarga eléctrica para activar su código de vida.\n\nCapas de rocas metamórficas y sedimentarias cambiaban posiciones con el vuelco sinclinal y anticlinal en esa danza geológica de peculiar ritmo milenario, cuya expresión ganaba violencia en este amanecer de los tiempos, a partir de los cuales nunca más tendría la calma perdida hoy.\n\nLa ira de los elementos era disminuida por rayos ensordecedores y omnipresentes que rodeaban todo y salían de todos los lugares, en dimensiones jamás apreciadas ni apreciables.\n\nEl ruido invadía cada espacio conocido, tomando al paso todo aquello que pudiera presentarle resistencia a su efecto implacable. La erosión de los medios químicos y físicos dejó lugar a la sacudida de las placas y a la remetida de la onda de choque sonora capaz de fragmentar en millones de pedazos, rocas del tamaño de un continente en islas que flotan desesperadamente sobre un mar ígneo antes de ser convertidas en magma, para formar nuevos y perentorios objetos de esta construcción de escala global en un ciclo terrible y abismal.\n\nComo era previsible, luego del paso atronador de la ruptura de los diversos protagonistas en sus esfuerzos de reubicación, sobrevino un silencio aterrador, auspiciado por el suave soplo de la brisa portadora de los gases y polvos residuales de este encuentro titánico que la tierra enfrentaba en su propio interior con las más desmesuradas consecuencias.\n\nEl globo se cubrió de una máscara inerme, humeante y provocadora en medio de una aterradora nada, antes de la última gran sacudida cuyo anuncio no sobrevino a tiempo al excretar por todos sus poros, el remanente de la revuelta intestina a escalas de energía imposibles de ser emuladas ni alcanzadas por la humanidad en todo su esfuerzo destructivo, a partir de su aparición sobre la faz de este objeto estelar.\n\nLa confusión lograda gracias al encuentro feroz del hielo eterno con la más intensa lava, creó nubes de vapor aún candente que se elevaron sobre la superficie con silbidos supersónicos, para formar lo que sería un envoltorio del planeta capaz de atenuar los implacables rayos abrazadores de ese Sol amenazante.\n\nCon ese telón de fondo, cayeron las rocas expedidas por los volcanes con anterioridad sobre la superficie ahora coagulada que les sustentaba, en un concierto de golpes que combinaban ruidos sordos con grandes estallidos reverberantes en sus ecos insostenibles.\n\nEl rumor no dejaba de aumentar a partir de ese momento y la aparición de las gotas condensadas en las alturas gélidas, creó un telón de fondo que la lluvia torrencial aportaba en diversos grados dependiendo de la acidez del preparado vertido hacia la superficie inerme, que se ahogaba crujiendo bajo olas kilométricas de un mar que buscaba su nivel sin encontrarlo.\n\nLa gran tormenta combinada por aire, tierra y mar, demostraba el grado de ira con el cual cada elemento trataba de ganar su lugar en esa organización eterna, a partir de la cual se someterían según la preeminencia alcanzada hoy.\n\nDesapareció la calma ahogada por vientos, tifones, maremotos y erupciones volcánicas simultáneas en ese momento crucial para la vida del planeta, en un espectáculo fuera de toda escala humana donde la naturaleza luchaba contra sus designios, con sus elementos y contra su propia voluntad, al desencadenar un proceso constructivo que involucraba remover toda referencia anterior.\n\nDe la misma manera que se inició todo, el reposo se hizo presente en el paisaje resultante por el exhalar distanciado de última hora, hasta desaparecer toda traza de violencia.\n\nVolvió el silencio pero ahora nada era igual, se había iniciado el gran deshielo.\n\n
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  • 2010-07-29 11:15:45
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