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  • Un testamento de piedra\n\nJack Kerouac tenía razón, la vida es el camino, especialmente cuando lo disfrutas con la mejor compañía posible, tu familia.Una de las tantas virtudes de recorrer la Vía 66, que va de costa a costa de los Estados Unidos, es que parece una cápsula de tiempo a lo largo de sus interminables kilómetros. En cada curva, en cada pueblo o en cada estación de servicio, se va descubriendo el sabor perdido que tiene la tranquilidad en este lugar del mundo tan acelerado.\nAl Este del pueblo de Edmond, se encuentra una institución que presume de lejos mediante algunos de sus variados méritos. El primero en aparecer es la blanca escultura metálica de anillos con la forma de una gran gaseosa incluyendo el pitillo,en honor a esas bebidas que sellan amistades en los comienzos de la vida sin complicaciones, por la que todos pasamos a mucho más de las 45 millas por hora reglamentarias. Pero la virtud no se queda allí, una estación de servicio se encuentra bajo un gran alero, el cual responde a la creación artística de lo que se conoce técnicamente como un voladizo. En otras palabras un techo apoyado de un sólo lado, pendiendo del otro. La estructura metálica que sostiene esta maravilla se encarga de proyectar y sostener bajo las exigencias de los vientos de Oklahoma, unos 33 metros de techo a una altura que supera aproximadamente los 4 metros. Visto de lado, dos triángulos le dan vida a este volumen maravilloso, cuyos cimientos deben ser capaces de sostener con seguridad y elegancia toda esa carga a la vez de mostrar la gracia de una cariátide moderna. El diseño influyó en lo que pudo ser otro restaurante de camino, para convertirlo en un museo cuyo peregrinaje se encarga de recorrer las vitrinas donde se exponen cientos de gaseosas de sabores que compiten en imaginación con la luminosidad que brindan las paredes de vidrio, para que no quede duda del concepto que se quiere compartir desde adentro hacia afuera, de la misma manera que se hace con esta bebida irreverente. Quién ha disfrutado realmente una gaseosa en solitario.?\nPero es a medio camino, igual que Dante, donde nos rendimos ante el altar de los viajeros, santa procesión de las millas, milagro que brota de las cenizas al igual que el ave Fénix, en forma del Rock Cafe, el equivalente a la Puerta Jacobeana al cabo de este Camino de Santiago pragmático, pero en motocicleta. Sin pretensiones, es su modestia lo que lo hace grande y en el marco de su entrada debería rezar “Abandona la moto el que pase por esta puerta”. Lo bueno de estas experiencias místicas es que no recuerdas mucho de los detalles, pero si queda marcada tu alma por las sensaciones vividas en esa oportunidad que se siente histórica. En nuestro caso se remite a un par de infusiones, una gaseosa con sabor a menta y helado flotando además de algunas tortas. Tengo que confesar que mi pudin de pan con salsa de ron estaba a la altura de las circunstancias celestiales.\nPOPS 660 W. Highway 66, Arcadia, OK 73007\nRock Cafe 114 W. Main St. (Route 66) in Stroud\n\n
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  • 2010-07-04 14:44:34
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  • Café de Piedra
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