LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_FCATUS_2010_8_10_CLETO

\n\nCleto no necesitaba antifaz porque todos sabían que era un perico, pero nadie sospechaba que se dedicaba al hurto. Sus maneras refinadas, su plumaje sedoso y la magistral vocalización, le brindan la coartada perfecta para perpetrar sus fechorías.\n\nCon la noche de cómplice, se escurre de su jaula para visitar los vecinos, quienes no entienden lo selectivo de las pérdidas que están sufriendo. El color azul profundo lo mimetiza en esa oscuridad tan propicia para filtrarse por las paredes, como si fuera un insecto rastrero. Siempre consigue ventanas abiertas en su vecindario y adicionalmente el olor le facilita la selección de sus víctimas. Aquellas con mascotas aladas.\n\nLa otra noche, se encontraba entrando por el balcón de un lujoso piso, cuando le sorprendió una cacatúa en plena sala. Ambos se miraron con curiosidad, inclinando las cabezas mientras caminaban alrededor de la mesa del comedor.\n\n-Qué haces en mi casa? Voy a llamar a la policía ¡ - exclamó la hermosa psitácida con gran enojo.\n\n-Yo venía volando y vi el balcón abierto – se defendió Cleto levantando sus hombros con un gesto infantil.\n\nElla se puso de lado para enfocarle mejor, mientras él inició su danza de apareo, a ver si la distraía.\n\n-A mí no me vengas con esos bailes procaces ¡ – le reclamó airada ocultando su inesperado sonrojo.\n\nCleto se animó y siguió con su baile de lado y lado, mientras subía y bajaba la cabeza con movimientos circulares, algo que le había resultado muy útil cuando lo rescataban de la calle, uno de sus trucos más efectivos en la cacería de incautos. Era un encanto.\n\n-Te crees muy gracioso, no? – le espetó con las alas en jarras, sin evitar seguir involuntariamente el paso tan pegajoso del intruso.\n\n-Uno hace lo que puede – le respondió, mientras caminaba hacia atrás como Michael Jackson, con el capitulo de las vergüenzas incluido.\n\nElla no pudo ocultar un gesto de gracia, disimulando tras el gesto de rascarse el pico con la pata, mientras guardaba precariamente el equilibrio.\n\nPara ese momento, Cleto sabía que la tenia comiendo en su ala, otro corazón robado para su cuenta, lo que aprovecho para partir con ella, sorpresivamente, por esos cielos románticos en pos de una velada llena de caricias y desplume apasionado en el parque. La noche es joven.\n\nLos vecinos no logran dar con el paradero ni la identidad del felón alado, ese encantador ladrón de corazones que no necesita antifaz.\n\n