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  • Desde Bangalore y después de un infernal viaje en tren, en el que los colegas pillaron la trompa del siglo y todo era un abrir y cerrar ventanilla, vómito va y vómito viene, para luego abandonarse en los brazos de Morfeo de tal manera que ni se enteraron del susto que me dieron los ladrones de mochilas de turistas desprevenidos, en una de las paradas del tren, fuimos a dar con nuestros huesos a Hospet, una pequeña ciudad al norte del estado de Karnataka.\n\n\n\n\n\n\n\n

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    Por unas pocas rupias, un rickshaw me llevó hasta Hampi, como de costumbre, mientras el grupo dormía, para pasear al sol las sombras de esa ciudad construida en piedra, deslumbrarme con las filigranas, dejar que la mirada se perdiera desde una estatua hasta un pórtico, desde allí hasta un elefante... todo en piedra, piedra tallada por infinidad de manos absolutamente desconocidas, manos de artistas sin nombre.\n\n\n\n\n\n\n\n

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    Al día siguiente se animaron a venir y pude darme el gusto de repetir, sentada en las mismas piedras, el placer de contemplar los restos de aquella antigua ciudad y volver a imaginar los miles de manos trabajando, de pies pisando aquel suelo, siglo tras siglo, de huellas, de heridas producidas por el paso del tiempo, el abandono, las guerras. Se me antojaba que la vida no había cambiado mucho para las gentes de allí.\n\n

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    \nPienso que volvería muchas veces más y trataría de encontrar la cabaña en la que, la primera tarde, me cobijé del ataque de la lluvia monzónica y volvería a ver los rostros de la familia que me acogió y me ofreció su comida, todos sentados en el suelo de tierra, al lado del fuego.\n\n

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    El río Tungabhadra, uno de los ríos sagrados de la India, que para las gentes de Hampi es su Ganges particular, discurre por este impresionante escenario que son las ruinas de Vijayanagar-Hampi, hoy Patrimonio de a Humanidad y, allá por el siglo XIV, capital de uno de los más grandes imperios de la historia de la India y que llegó a albergar hasta medio millón de habitantes. En sus orillas se desarrolla una buena parte de la vida cotidiana: el lavar la ropa, el charlar y reír, el negociar las bodas, el nadar entre los restos de un antiguo palacete...\n\n

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    Los templos y las piedras de la antigua Vijayanagar son capaces de entretenerte varios días: Hampi Bazaar, los Establos de los Elefantes, el templo de Vittala, el Lotus Mahal, la contemplación de los peregrinos, las tallas. Cada vez que levantas la vista descubres una maravilla nueva. Apetece tocar las columnas de las que cuentan que suena música cuando lo haces pero no lo comprobé: los carteles avisaban del deterioro que se produce con el juego.\n\n

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    Puedes ver una grandiosa carroza de piedra que adorna el patio del templo de Vittala, o un gigante de varios metros de altura a cuyos pies saltan las ardillas, diminutas siempre, pero mucho más al compararlas con uno de los dedos de la estatua, o un templo impresionante...\n\n

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    En los Baños de la Reina una mujer se me difumina, mientras medita y contempla a través de la ventana y me sugiere el volver mañana y ocupar su lugar.\n\n

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    Las vacas pastan en lo que hace siglos fueron las calles de una ciudad imperial fundada por la dinastía de los Telegu, donde las columnas más que estar talladas parecen bordadas por una hábil recamadora.\n\n

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    Los obreros siguen trabajando, buscando nuevos tesoros enterrados y, a la vez, plantan flores aquí y allá, trabajando en un experimento botánico de una universidad cuyo nombre se me perdió con el tiempo y una mancha en el cuaderno. Se mueven suaves bajo el sol abrasador y disfrutan del agua que la mujer les trae en el balde como se disfruta una buena fiesta.\n\n

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    El edificio de los Establos de los Elefantes, solitario y monumental, invita a entrar. Dentro, crece la maleza entre las piedras, sufre una desidia de siglos. Algunas paredes, derruidas, cierran el paso a los pabellones interiores, aún así consigue trasladarme el pensamiento hacia esos tiempos en los que aquí había un ajetreado y rico comercio de especies y de algodón y esto era una ciudad desde la que se controlaba un inmenso territorio, poderosa, hasta que en 1565 fue arrasada y sirvió de puerta para la conquista del sur de la India por los musulmanes. ¿Quién haría hoy un edificio semejante para albergar elefantes?\n\n

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  • 2009-06-06 12:10:30
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