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     \n\nLa segunda mañana en el hotel volvimos todas animosas al agua, no estaba nada fria el agua así que empezamos a meternos...y a recibir un montón de golpes en los tobillos de una innumerable cantidad de trozos de coral y os aseguro que arañaban...conforme entrabamos las olas tenian muchisima fuerza y los golpes iban en aumento, con lo que nos miramos las dos y llegamos a la misma conclusión...para bañarse, nada como las calas de menorca jajajjajajajaj\n\nAsí que cambiamos la fuerza del oceano por la placidez de las hamacas en la orilla y el frescor de unos enormes zumos de frutas.\n\nAnte nosotras se extendia el inmenso azul y...las vendedoras de pareos y vestidos a las que las turistas se veian atraidas como las abejas a la miel.\n\nNosotras observabamos y nos reiamos porque les estaban cobrando mucho más que lo que nosotras pagamos saliendo del complejo de nusa dua. Cuando las vendedoras dieron por concluidas las ventas se alejaron con todo el peso sobre sus cabezas...pobres cervicales. Lo que nos recordó que teniamos pedida hora para los masajes en la playa en ese sitio tan agradable de la foto.\n\nDespués, ya por la tarde y totalmente relajadas nos fuimos de compras fuera del complejo turistico. La última foto es de cuando saliamos del hotel...para que no se nos olvidase lo precioso que era, cuando volvieramos a españa.\n\n \n\n \n\n
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