A finales de los cincuenta del siglo XX, BMW, continuando con su idea original de fabricar un coche medio camino entre las motos y los coches, fabrica bajo licencia, el extraño cochecillo que representaba el Isetta, al que realiza una transformación muy personal para hacerlo algo mas grande. El coche disponía de una puerta frontal que daba acceso directo al asiento corrido apto para dos personas. Las ruedas traseras no eran centrales como el origina italiano sino que se situaban en la postura normal de un automóvil. La versión alargada de BMW disponia de otra banqueta trasera a la que se accedía por sendas puertas traseras. El vehículo quedaba bastante lejos de las berlinas lujosas que la gama actual de la marca ofrece al mercado.\n\n\n\n\n\n
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