Dos míticas figuras del automóvil desaparecían aquel año de 1947. Henry Ford y Ettore Bugatti, habían contribuido a la historia del automóvil con aportaciones diametralmente opuestas. Mientras la fabricación en serie convirtió a Ford en el paladín del concepto práctico del automóvil, los célebres Bugatti de los años treinta daban el tinte poético a la obra del italiano. Ambos vieron perder en las personas de sus hijos, a los llamados a continuar sus obras. Mientras el nieto del fundador se hacia cargo del imperio de Ford, las fabricas de Bugatti cerraron poco después.\n\n
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