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 Los años cincuenta son el esplendor de los coches americanos, las grandes alas, los parabrisas envolventes, los cromados a lo largo de las ampulosas líneas establecen una moda que derrocha “poderío”, un “pelin” hortera. Los Cadillac y los “Chevy”, apodo popular de los básicos Chevrolet, junto a los Ford, se enseñorean por las calles de medio mundo. Son tiempos de rock y convertibles ostentosos. Las marcas europeas están regidas por la austeridad de sus modelos, mas adaptados a la radiografía de una sociedad que empieza a salir de las penurias de la Guerra Mundial. En esa época la industria americana controlaba casi el 75 % de la producción mundial\n\n
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