LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_JOSEMANURIESGO_2010_12_19_UN-TAXISTA-RUMBOSO

Aquel 24 de Febrero de 1959 en la Isla de la Palma, en Canarias, la población andaba deslumbrada por el acontecimiento del día. A bordo del yate Cristina del millonario Onasis había llegado al puerto de Santa Cruz, Winston Churchill que a sus ochenta y cuatro años estaba realizando un crucero por la zona. A un taxista local, Nelson Pestano, le toco dar servicio con su coche al celebre premier británico y sus acompañantes. Les llevó por las tortuosas carreteras enseñándoles los preciosos rincones de la Isla. Al atardecer en el puerto, terminado el servicio, el ayudante de Churchill, intento abonarle la carrera realizada. Vano intento. Pestano se mostró rumboso y no quiso cobrar el servicio, se sentía pagado con el orgullo de haber acompañado a tan celebre personaje en un paseo por “su Isla”. Churchill le compensó su gentileza con una caja de sus celebres puros a la que estampó su rubrica con la dedicatoria de “Churchill a Nelson”. No podía ser menos entre “colegas” \n\n\n\n\n\n