LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_JOSEMANURIESGO_2010_1_31_UN-COCHE-CAPICUA

Hoy es un día capicúa, no suele ser muy frecuente. El tranvía y el metro también lo son, andan “p’alante y p’atras”. Los coches siempre van en un solo sentido. Sin embargo, existe un modelo que, en este aspecto, llama la atención por su diseño. Da la sensación como si realmente pudiera ir en los dos sentidos. Es el Studebaker Champion de finales de los cuarenta. Fue un coche avanzado a su tiempo. Era uno de los primeros que no disponía de aletas, y los consiguientes guardabarros estaban integrados en la carrocería, como ocurre en la mayoría de los automóviles de hoy. Aunque su longitud era considerable, el habitáculo de las personas era solamente aceptable. Tenía un motor de seis cilindros en línea lo que motivaba la gran longitud de su capó, que era compensado con la misma medida en el maletero. El cristal trasero, envolvente a su manera, daba la sensación de que era el “parabrisas de la vuelta”.Aunque no lo fuera, daba la imagen de un coche “capicúa” \n\n\n\n