LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_JOSEMANURIESGO_2011_3_26_EL-SUSPIRO-AMOR

Cada Rolls-Royce que se fabrica es distinto, lo que le confiere un grado de singularidad. La mascota del vehículo, la célebre estatuilla, situada en lo alto de la parrilla emblemática de la marca, está construida en acero inoxidable, es retráctil, y se termina a mano una por una. Ligeras variaciones, a gusto de los compradores, hacen que no haya dos iguales, de esta forma queda personalizado el coche. La figura representada, una dama con los brazos en alto, fue diseñada por el escultor Charles Sykes y la musa que inspiró la creación, allá por 1910, fue Eleanor Velasco Thornton, de madre española, asistente de John Walter Edward Scott-Montagu, cliente destacado de la marca. Perteneciente a la alta sociedad, era un “fan” de los nuevos medios de transporte y su pasión le llevó a crear una publicación “The Car”, dedicada al naciente mundo de los automóviles. Con Eleanor, su secretaria, tuvo una larga relación amorosa. Como hombre casado, su amor extra-conyugal le valió un cúmulo de sinsabores en la puritana sociedad inglesa de la época. Solicitó al escultor la realización de la estatuilla que recordara la figura de Eleanor para colocarla en la parrilla del automóvil. El diseño inicial, una mujer con las manos abiertas con un vestido vaporoso, recibió el nombre de The Whisper (El suspiro). La idea gustó y empezaron a proliferan las estatuillas en los coches de la época. Rolls Royce decidió, dado el éxito, colocarla definitivamente en todos sus modelos. Con el tiempo fue evolucionando el “Espíritu del Éxtasis”, nombre comercial final y todavía sigue apareciendo en los modelos actuales. Eleanor tuvo un final trágico, en 1916 desapareció en el Mediterráneo cuando viajaba en el barco Persia y este fue torpedeado por un submarino alemán.\n\n\n\n\n\n