Se trata de un servicio que se inició en julio del año 2001.
Puede trasladar a 120 viajeros a lo largo de siete kilómetros de vías que bordean el río hasta cerca del salto de la Garganta del Diablo, el más imponente de todos.
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El tren de la Selva fue construido en Inglaterra, en los talleres de la empresa Alan Keeft, ubicados en la localidad de Ross-on-Wye, a 200 kilómetros al este de Londres.
El tren ecológico ha sido pintado totalmente de verde y se compone de una locomotora con motor a gas comprimido que arrastra cuatro vagones techados.
El interior tiene asientos de madera, y se halla totalmente abierto hacia el exterior, para que el visitante se mantenga en contacto directo con la selva.
El tren dispone de tres estaciones donde poder subirse (y bajarse): \n\n
La Estación Central: a través de la cual se accede a los trenes que van a la Estación Cataratas y a la Estación Garganta. Dispone de sanitarios, sala de primeros auxilios, oficinas de Guardaparques, y un área comercial conformada por una cafetería y un quiosco. \n\n La Estación Cataratas: en esta estación comienzan y confluyen los senderos que comunican a los Circuitos Inferior, Superior y el Sendero Verde. Funciona como una suerte de centro de distribución con una plazoleta, un área de descanso, servicios de comidas rápidas y sanitarios.\n\n La Estación Garganta del Diablo: desde aquí se accede a la pasarela Garganta del Diablo, que llega hasta los nuevos balcones construidos sobre el borde de la enorme cascada de 90 metros de altura. Posee una plazoleta de distribución, servicios sanitarios, y un local de comidas rápidas.\n\n
En la Garganta del Diablo, el río Iguazú se despeña entre las piedras y la densa vegetación acuática.
Los argentinos han dado con una forma de desplazamiento por la Selva que asegura su mantenimiento natural sin fisuras en el medio ambiente ni en la vida animal.
Si van a Iguazú, no dejen de utilizarlo, se alegrarán de este pequeño paseo por la vegetación densa sin peligro alguno.