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 Cada una de las islas del Mar Egeo tiene algo especial y característico que las distinguen de las demás.\n\nEn la Isla de Santorini coinciden varias razones que la hacen extraordinaria.\n\nPor un lado, su historia, que va unida invariablemente al volcán y a la Caldera. \n\nSu religiosidad, que se hace patente en la cantidad de pequeñas iglesias que hay repartidas por todos los pueblos de la isla y en algunas de sus casas particulares.\n\nSu arte y cultura, con raices milenarias e influencias atenienses, cretenses y turcas.\n\n Su aeropuerto, que nos es más que una carretera ancha que separa la playa de las montañas.... \n\nY, por supuesto, no podemos olvidarnos de sus típicos burros.\n\nAquel que haya tenido la oportunidad de acercarse a la isla, y más concretamente a su capital, Fira, conoce cómo es la fisonomía geográfica de la misma por la parte que da a la Caldera.\n\nEs abrupta y, prácticamente, casi una pared vertical, compusta por una sucesión de altísimos acantilados rojinegros y rocas graníticas.\n\n  Pues bien, como a la capital Fira había que conectarla con el mar, las autiridades decidieron realizar una escalinata que, trepando o descendiendo, según se mire, por el acantillado, uniera a Fira con un pequeño puerto justo en la vertical.\n\nSe construyó una empinada calle con escalones a modo de escalereta por donde acceder de un punto al otro. Subir o bajar ya no dependía de dar la vuelta a la isla y llegar hasta el puerto principal.\n\n  Lo que, en principio fue construcción por necesidad de supervivencia, se constituyó con el tiempo y las visitas de turistas, en una de las principales entradas de capitales para los firenses. El turismo recalificó una pequeña escalinata en actividad económica de primer grado.\n\n Son decenas los burros que esperan a pie de las escaleretas en Fira para bajar a los turistas hasta el pequeño puerto por un "módico precio". \n\nÉstos acompañados de sus dueños, o empleados a sueldo, bajan contigo dándote el gustazo de no hacer ningún esfuerzo a excepción de mantener la vertical encima del jumento.\n\n Yo, particularmente, bajé a pie y la verdad es que la bajada se me hizo un poco larga y, desde luego, no la recomiendo para aquellos que tengan problemas de rodillas o en los gemelos.\n\nLa subida, ni la cuento ni la voy a hacer nunca. Tiene que ser una paliza enorme e innecesaria.\n\n Finalmente, me gustaría decir que los burros me dan un poco de pena porque no suben ni bajan una o dos veces al día, son decenas la veces que lo hacen. El esfuerzo es bestial, nunca mejor dicho.\n\n\n  \n\n
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