|
sioc:content
|
-
 Y fue con treinta años.\n\nSí, mi vida ha transcurrido en el valle del Guadalquivir y allí, digamos, que la nieve no tiene constumbre de aparecer mucho. Podía haber ido a Sierra Nevada que está a un par de horas o tres, pero tampoco me atraía tanto como para ponerme en cola para subir a las cumbres nevadas.\n\nEn la Sierra de Sevilla sí tenemos algunos días de nieves cada cierto tiempo, pero esta nieve es poco sólida y poco más que escarcha y tal como la tocas, suele derretirse.\n\nAsí que ya me veis, yo, entonces, con treinta añitos recién cumplidos y de viaje de negocios a una de las ciudades alemanas más bonitas y que mejor han conservado sus iglesias románicas: Colonia, o como esciben ellos, Köln (creo que se pronuncia algo así como "Kólon", pero no estoy muy ducho en el alemán).\n\nEfectivamente llegamos un día de Enero por la tarde, vía Dusseldorf, con un recibimiento muy primaveral, poco frío y un sol restallón en el cielo. Al día siguiente cumplimos nuestras obligaciones empresariales celebrando la suerte que habíamos tenido con el tiempo. ¡Fuera abrigos!.\n\nPero en el tercer día nos da la dieron por todos lados. \n\nAntes de coger el vuelo de vuelta quisimos dar un paseo por la ciudad y enseñarle a mi compañero de trabajo la imponente Catedral, la Iglesia de St. Gereon, la Gran Iglesia de St. Martin o la fábrica original de la famosa "Agua de Colonia" que a casi todos nos ha perfumado de pequeños. \n\n\n Pero nos sorprendió el suelo blanco, nevado en la noche anterior, un frío nórdico que penetraba nuestros abrigos y que endurecía nuestros guantes de lana.\n\nPara mí fue un descubrimiento. \n\nPrimero porque no había conocido nunca la nieve en estas condiciones (más o menos unos siete u ocho centímetros de nieve).\n\nSegundo porque es verdad que, con el manto blanco, la ciudad parece otra muy distinta, sobre todo los tejados de las viviendas y edificios monumentales.\n\nTercero porque comprobé lo importante que es tener un buen clima para disfrutar de la ciudad que visitas. Cada cierto tiempo teníamos que meternos en alguna iglesia para aprovecharnos del calor que emana de sus calderas instaladaas en el subsuelo de la misma.\n\nY cuarto, la diferencia con que una persona poco acostumbrada ve la nieve en la ciudad a como la ve un natural de la misma. Para mí era un peligro sobre el que caminar. Para ellos un accidente de la vía a la que estaban acostumbrados.\n\nPero todo esto nos ayudó a disfrutar aún más de nuestra estancia en Colonia.\n\nAún así, esta día lo recordaré siempre como la primera vez... que disfruté de la nieve.
|
![[This page as RDF]](http://webenemasuno.linkeddata.es/static/rdf-icon.gif){kind=icon}