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  • En algunas ocasiones, por razones de trabajo, tenemos que realizar un desplazamiento express a alguna ciudad situada a una distancia considerable en la que los kilómetros se cuentan por cientos.\n\nEste fue mi caso hace unos días. El pasado 27 de Marzo fue la fecha señalada para ir desde mi ciudad, Sevilla, a Madrid, en concreto a IFEMA, a cerrar algún acuerdo pendiente. Pero mi compañero Javier y yo teníamos, además, otro plan.\n\nComo a los dos nos gusta también hacer algo de turismo, decidimos darnos la paliza y añadir algunos kilómetros más, con el fin de descubrir algún lugar poco conocido para alguno de los dos.\n\nEste ess el relato de nuestro viaje de 19 horas y 1.200 kilómetros.\n\n04:58 a.m. Salida de Sevilla.\n\nEl día anterior fijamos la salida a las cinco de la mañana. Pero dos minutos antes, a las cuatro y cincuenta y ocho de la madrugada ya estábamos en el coche con dirección hacia la autovía de Extremadura, la A-66, la antiguamente conocida como Vía de la Plata.\n\nEn pocos minutos accedimos a la SE-30, la carretera de circunvalación de Sevilla, con la única presencia a esas horas de una docena de vehículos, entre ellos algún que otro trasnochador, incluido un coche policía con sus luces cuidadosamente apagadas.\n\nA las cinco y siete minutos nos encontrábamos en la Glorieta Olímpica enfilando el Puente del Alamillo. En cuatro minutos más estaríamos a velocidad de crucero sobre la autovía hacia el norte en dirección a Madrid.\n\nEn nuestras previsiones entraban dos paradas antes de llegar a la capital, pero no teníamos decidido dónde. Lo haríamos según nuestras necesidades y horarios de conducción. Lo dejaríamos al azar. A ver qué nos deparaba éste.\n\nLa suerte nos llevó a Trujillo (en Cáceres), Oropesa (en Toledo) y Puerto Lápice y Almagro (en Ciudad Real). Este relato del viaje lo voy a dividir en cinco post, uno del inicio del camino y cuatro más, uno por cada una de las paradas turísticas.\n\nEl primero ha comenzado hace unos minutos. Destino final: la Plaza Mayor de Trujillo.\n\nLa noche era cerrada y todavía tendríamos que sortear una conducción nocturna durante un par de horas largas.\n\nPasamos junto al Monasterio de San Isidoro del Campo, en Santiponce, que visto desde la autovía y, a oscuras, impone su figura de edificio fortificado. \n\nEste monasterio fue fundado por Alonso Pérez de Guzmán, Guzmán el Bueno, en el año 1301, como monasterio-fortaleza, para regir el señorío medieval, convirtiéndose, posteriormente, también en panteón familiar.\n\nSu historia está impregnada de importantes acontecimientos religiosos y artísticos. En el siglo XVI se desarrolló en él uno de los primeros focos protestantes en España, cuyos principales propagandistas tuvieron que marcharse a centro Europa huyendo de la Inquisición.\n\nEn fin, protestante, eso era mi amigo, que ya estaba diciendo que tenía mucho frío y que pusiera la calefacción. No protestes tanto, le dije.\n\nContinuamos hacia Las Pajanosas y El Ronquillo, pasando por medio de los embalses que riegan a Sevilla, el Embalse del Cala y el de la Minilla, justo antes de penetrar en el punto donde se unen la Sierra de Huelva con la Sierra Norte de Sevilla, dos mini sierras que forman parte del conjunto mayor y más conocido, Sierra Morena. \n\nEl paso por la provincia onubense fue muy breve, pues sólo tocamos su parte noreste durante muy pocos kilómetros, el trayecto hasta el siguiente pueblo, Santa Olalla del Cala. Poco después, ya vimos el cartel de Extremadura.\n\nMonesterio quedaría a la izquierda de la autovía. Una vez que cruzamos el Río Viar, dejamos atrás la zona de sierra y pasamos a las tierras llanas. Fuente de Cantos sería el siguiente pueblo, la patria chica de Zurbarán.\n\nYa era el momento de definir la primera parada y, como mi famila política es de Almendralejo, decidimos que el primer café de la mañana lo tomaríamos allí.\n\nPero antes de llegar, adentrados en la Tierra de Barros, dejamos a Zafra y Los Santos de Maimona a la izquierda y a Villafranca de los Barros a la derecha.\n\nLlegando a Almendralejo, después de pasar junto al nuevo Hospital, tomamos la entrada de Almendralejo Sur y nos dispusimos a buscar el primer bar que estuviera abierto en la calle que atraviesa todo el pueblo de norte a sur y que tiene por nombre Carretera de Sevilla.\n\n06:32 a.m. Parada en Almendralejo.\n\nAl final de la calle, encontramos el "Bar Extremadura". Allí ya desayunaban algunos agricultores y un par de operarios de mantenimiento de carreteras.\n\nPedimos dos cafés con leche y dos tostadas con jamón y aceite.\n\n"¡Lo siento! pero no tengo tostadas", nos dice la jovencita camarera que nos atendió, "pero tengo bizcochos, magdalenas y estos bollos de la tierra".\n\nDecidimos probar los bollos, una especie de bizcocho estilo mostachón de Utrera. Bueno para mojar en el café sirvieron. Eran pequeños así que, aún, pensábamos en unas futuras tostadas en la próxima parada. \n\nUna visita al baño y rápidamente tomamos el camino del coche para continuar la ruta turistico-laboral. No sin antes preguntarle a los obreros de la carretera qué distancia estaba Trujillo.\n\nNo tenían ni idea. Bueno tocaba, entonces, consultar los mapas y poner el gps.\n\n06:47. Salida dirección Mérida.\n\nNos incorporamos rápidamente a la autovía A-66 en dirección Mérida. Pasamos por Torremegía para buscar después, en las inmediaciones de Mérida, el enlace de la A-66 con la A-5, la autovía que nos llevaría hasta Madrid.\n\nPero unas obras en la calzada nos despistaron y nos pasamos de largo, en vez de tomar la A-5 en dirección este, nos equivocamos y la tomamos en dirección oeste, hacia Badajoz.\n\nPerdimos unos minutos en volver hacia atrás. Kilómetros inútiles y tiempo irrecuperable.\n\n\n\n Cuando cruzábamos Mérida a la altura del Río Guadiana, la estampa nocturna era bellísima con el Puente de Lusitania iluminado a lo lejos. \n\nLástima que no tuviera la cámara de fotos preparada y el disparo fuera defectuoso. De todos modos os dejo aquí la instantánea para que quede constancia de nuestro paso nocturno por la capital de Extremadura.\n\nAl salir de Mérida empezaron a aparecer los primeros rayos de sol del amanecer. Nuestra dirección era hacia oriente, así que íbamos al encuentro de ellos.\n\nPronto pasamos Trujillanos y San Pedro de Mérida, pero todavía nos quedaba Torrefresneda y Conquista del Guadiana para abandonar definitivamente la provincia de Badajoz e introducirnos en la provincia hermana de Cáceres.\n\nCruzamos el Canal de Orellana antes de pasar por Miajadas. Dejamos alguna población pequeña a la derecha como Escurial, Villamesías o Santa Cruz de la Sierra para después llegar a las inmediaciones de Trujillo.\n\nEn el punto kilométrico 253 nos desviamos y tomamos la carretera EX-208. Curiosamente antes de entrar en la ciudad nos encontramos con la estampa emergente del típico toro de Osborne en una loma junto a la cuneta derecha.\n\nDesde lejos ya se adivinaba la bonita perspectiva de la ciudad sobre una loma, con la parte antigua dominado la parte alta de la misma. Sus palacios, torres, almenas e iglesias destacaban desde allí arriba.\n\n07:35. Entramos en la Plaza Mayor de Trujillo.\n\npoco después de las siete y media de la mañana aparcábamos el coche en la Plaza MAyor de Trujillo, una plaza totalmente desierta y recién iluminada por los primeros rayos de sol del amanecer.\n\n Pero esta historia os la contaré en el próximo post.\n\n\n\n

    \n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

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  • 2009-03-30 20:46:57
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  • Una ruta express: 19 horas y 1.200 kilómetros (1/5).
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