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  • Sin duda, el Cañón del Río Lobos es un lugar especial, un auténtico templo natural -parafraseando a mi buen amigo Lima- en el que siempre tiene uno la curiosa sensación de partir para volver, de ahí, posiblemente, el título de la presente entrada.\nQuizás, también, aquél sábado del puente de San José no fuera el día más idóneo para intentar perderse en su inextricable belleza, ni tampoco intentar vislumbrar alguno de sus innumerables y milenarios misterios. Aunque, si he de ser totalmente sincero, ese sábado en particular, en mi mente no rondaba misterio alguno; ni siquiera pensaba en los 'frailes con espuelas' -parafraseando en ésta ocasión a Gustavo Adolfo Bécquer, quien, al parecer, no parecía sentir demasiada simpatía por los templarios- que en su momento fueron dueños y señores del lugar. Nada más fácil que todo eso, mi única intención, era la de relajarme, cargar baterías para continuar afrontando con optimismo una vida que últimamente me exige mucho más esfuerzo que de costumbre -sobre todo a nivel laboral- y que me mantiene activo demasiadas horas al día.\nSiempre que accedo al Parque Natural, me acerco hasta la caseta del guarda y me detengo unos minutos a saludarle y a charlar con él.\nA Juan Gonzalo Sanz, guarda del Parque, le debo -y es bueno ser humilde y agradecido en esta vida- mucha información, que en su momento supe aprovechar y mostrar en el presente blog. Gracias a él, no sin esfuerzo -y por esfuerzo, me refiero a las numerosas veces que tuve que ir y volverme a Madrid de vacío- pude acceder a las maravillas de la iglesia de San Juan Bautista, en Ucero, y recuperar parte de esa memoria histórica y prodigiosa que hace también grande este lugar. Por él, conocí las ruinas de la ermita de Villavieja y comencé a entrever la procedencia de ciertas imágenes y tradiciones que la gente de fuera ignora, pero que todos conocen en el pueblo. En fin, simplemente no quería dejar la oportunidad de que una persona de su valor y cualidades no tuviera un pequeño sitio en este blog, en donde también las personas cuentan, pues gracias a los consejos y la ayuda de muchas de ellas, he podido conocer un poquito más esta provincia de la que me confieso, por si alguna vez me olvido, estar enamorado.\nTambién, como si formara parte de algún antiguo ritual, siempre que hablamos, le pregunto si está abierta la ermita. En ésta ocasión, Juan sonrió y me dijo que no, encogiéndose de hombros, añadiendo que no se sabía si este año la abrirían, porque se rumorea de que se pretende hacer unos trabajos de remodelación en su tejado, aunque cabe la posibilidad de que tanto el pueblo como el obispado, esperen a fin de temporada para hacerlo. Esto último, claro, es una opinión particular mía, teniendo en cuenta el éxito de años anteriores, y el dinero que -a 1 euro la entrada- dejarían de percibir.\nSea como sea, abierta o no la ermita de San Bartolomé, una visita a este lugar nunca deja a nadie indiferente. Y aunque no me relajara tanto como pretendía, nunca podré agradecer debidamente ese sonido maravilloso del agua que circula libre y alegremente; ni tampoco ese trino soberbio, claro y sugerente de la diversidad de aves que ya comienzan a celebrar la llegada de una primavera a la que el invierno no parece querer dejar definitivamente llegar.\n\n\n\n\n\n \n
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  • 2009-03-31 06:20:45
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