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 \nRegresé de Irán y, pese a tanto vaticinio catastrofista, regresé sana y salva.\n\nRegresé tras descubrir un país lleno de sorpresas... de joyas escondidas y joyas públicas, de gentes abiertas hasta lo inimaginable, de paisajes de eternos eriales y de oasis naturales o creados por la sabia mano del hombre, de usos y costumbres occidentales y arcaicas rémoras de pasados demasiado religiosos, de parques infinitos y inacabables zonas comerciales, de las más bellas mezquitas y de pasión por sus poetas. \nRegresé para contar que, como casi siempre, las cosas no suelen ser como nos las cuenta la prensa. Que detrás del componente del "Eje del Mal" hay una país que se toma la vida con mucha tranquilidad pero que no quiere mirar para atrás, que está cansado de tanta corrupción, que critica sin miedo a sus dirigentes delante del extranjero, que carga con un paro galopante que empuja a sus jovenes hacia las drogas o la emigración, en el que las mujeres, pese al chador, son las más abiertas y con más libertades del mundo musulmán...\n\nUn país del que, con vuestro permiso, escribiré durante un tiempo.\n
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