PropertyValue
opmo:account
is sioc:container_of of
sioc:content
  • \n\nYa estaba yo más que cansada de la inclusión de las paradas seudo-turísticas con que la organización del viaje a India nos había regado el recorrido. Estaba de talleres "auténticos" hasta el gorro, y no porque los visitara, ya que me negaba a entrar en el juego y permanecía en la guagua mientras el resto del grupo tomaba al asalto las tiendas, si no por el precioso tiempo que perdíamos.\n\n\nLa última, y primera, vez que había estado en Agra el desconocimiento me hizo ceñir la visita a la ciudad al Taj Mahal y al Fuerte Rojo. La casualidad quiso que nada más regresar a España topase con un magnífico y pequeño libro de arte: "La India de los Mogoles" en donde descubrí con gran pesar que allí hay otras joyas por contemplar que quedan eclipsadas ante las maravillas más obvias. Si durante todo el viaje había intentado sacar el mayor provecho posible marchándome por mi cuenta a recorrer cada etapa, para mayor disgusto y ataque perpetuo de nervios del guía casi novato que nos cayó en suerte, lo de no dejar pasar por nada del mundo la oportunidad de enmendar el error cometido 15 años atrás era absolutamente obligado. Así que en cuanto me vi delante de unos grandes almacenes tras visitar el Taj avisé que servidora se perdía de nuevo y, compartiendo tuc-tuc con una pareja de madrileños hartos tambien a esas alturas, nos fuimos al encuentro de lo que no enseñan. \n\n\nY de esa forma fue como descubrimos tras unas cuantas vueltas, pues está perdido en un arrabal cerca del rio, el China-Ka-Rauza un mausoleo único por estar cubierto por esmaltes de manufactura y motivos chinescos y que, dentro del importante deterioro de sí mismo y de su entorno, conserva aún gran parte del encanto que debió tener en sus orígenes.\nY los jardines de Babur, construidos por este emperador para encontrar alivio a los rigores del verano entre sus pabellones, acequias, fuentes y sombras, y que ahora era disfrutado por los pocos lugareños que allí mataban la tarde y por nosotros.\nY el mausoleo del gran emperador Akbar en Sikandra, un edificio plagado de terrazas, torres y celosías rodeado de un gran y sencillo jardín que, aunque arquitectónicamente es un poco "popurrí", resulta armonioso en su conjunto y más que agradable de ver. Además daba la oportunidad de rendir homenaje a uno de los más grandes emperadores de la historia de India.\n\n\nPero el gran secreto a voces de Agra es el Pequeño Taj, el Itmad-ud-Daulah, el mausoleo construido por una emperatriz para su padre, el emir. En su construcción fue la primera vez que se utilizó la técnica de incrustar piedras semi-preciosas en mármol que luego tanto popularizaría el Taj Mahal. Es un edificio absolutamente "femenino": pequeño, elegante, exiquisito en su minuciosa decoración...\nSi su hermano mayor sobrecoge en su belleza extrema, en sus perfectas proporciones, en los juegos de luz que reflejan sus cubiertas inmaculadas, en su emplazamiento junto al rio y en el equilibrio de su ubicación al fondo del jardín, entre los edificios gemelos de arenisca roja, el Pequeño Taj invita al recorrido silencioso practicamente en soledad, a la observación detallada de sus dibujos, sus hornacinas, y sus celosías, al largo disfrute de su serena belleza... Todo él respira armonía, recogimiento, serenidad. Es facil imaginarse a la hija acudiendo a recordar al padre entre estas hermosas paredes.\nEl Itmad es como un pequeño cofre de los tesoros en que el tesoro es el propio cofre\n\n\n\n
sioc:created_at
  • 2007-08-23 09:48:34
is sioc:creator_of of
is opmo:effect of
sioc:has_container
sioc:has_creator
sioc:has_reply
opmo:pname
  • http://lacomunidad.elpais.com/kovalam90/2007/8/23/una-escapada-agra (xsd:anyURI)
sioc:title
  • Una escapada por Agra
rdf:type

Metadata

Anon_0  
expand all