PropertyValue
opmo:account
is sioc:container_of of
sioc:content
  • Dos taxis depositan frente a la puerta de Salidas a una pareja de abuelos que se las ven y se las desean para intentar controlar a los cinco chiquillos de su hija mayor mientras ella cuida de que ninguna maleta ni bolsa se quede en los coches.\n\n\n\n¿Como se le pudo ocurrir, se pregunta ella, embarcarse en el traslado de semejante tropa de enanos revoltosos desde su Santander natal hasta esa lejana Huelva donde, reza a Dios que así sea porque si no jura que esta vez sí que la va a oir, le estará esperando su marido con la casa nueva totalmente preparada para recibirlos?. ¿De donde sacó la idea de que ella, que tiene el sueño más ligero que las plumas, podría dormir en ese coche-cama que les ha acercado durante la noche a la capital?. Si apenas durmió ya la noche anterior a emprender viaje, entre lo tarde que se acostó ultimando detalles y los nervios que la atenazaban cada vez más el estómago a medida que se acercaba el momento de dejar su vida conocida atrás, la que había pasado en el tren casi acaba con ella.\n\n\n\nPara todos su hijos aquella era la primera vez que se subían a un vagón pero es que encima no era uno cualquiera, era uno con literas que los iba a llevar hasta aquel lejano Madrid que conocían solo de verlo por televisión. Entre los 9 años de la mayor y los 2 recién cumplidos del más pequeño se encontraban los límites de un cúmulo de sobrexitación tal que ni la bendita ayuda de la autoridad del abuelo lo lograba controlar. Pero llegar al aeropuerto dejó pequeño al trayecto ferroviario porque trenes se pueden ver todos los días con solo que te lleven a la estación y no es dificil cruzarte con ellos en un paso a nivel cualquiera pero... ¿aviones? esa era una palabra mayor y si por sus hijos hubiera sido habrían embarcado en aquella misma acera, nada más bajar del taxi, tal eran las ganas que tenían de volar por primera vez.\n\n\n\nComo siempre que creía que ya estaba al límite de sus fuerzas y sus nervios sacó energía extra de la necesidad y la obligación y, milagrosamente, pudo hacer frente al par de horas de espera en aquella terminal que, después de haber conocido los aeropuertos de Nueva York o Houston, se le hacía tan pequeña y provinciana. Gracias a Dios para ellos también llegó el momento de bajar a la pista y situarse tras aquellas vallas amarillas que cerrarían sus pasos hasta que el avión estuviese preparado para acogerles. Solo unos minutos más amarrando en corto la impaciencia de sus hijos y cada niño ocuparía su asiento con un buen cinturón de seguridad anclándolo, por primera vez en muchas, demasiadas horas, a un sitio fijo y ella dispondría de tres horas de relativa tranquilidad.\n\n\n\nPor eso cuando, en el mismo momento en que la azafata les comunicó que ya podían embarcar, su hija de 4 años empezó diciendo que ella no se subía al avión, continuó con un llanto que en un crescendo memorable alcanzó cotas inimaginables de volumen y sentimiento, y terminó aferrándose de pies y manos a aquellas vallas presa de un ataque de pánico total, allí, bajo el nocivo influjo de aquel cansancio acumulado de años, del peso de las ojeras de mil noches sin dormir, de la tristeza de saberse sola en la práctica para bregar con tanto chiquillo, de los miles de decibelios con que su hija los sepultaba ... allí mismo, por una vez en su vida y durante unos segundos que parecieron eternos, odió a su marido, sus hijos y su vida con todas sus fuerzas.\n\n\n\nLa intensidad de su sentimiento fue tal que se asustó y avergonzó de lo que acababa de descubrir viviendo en su corazón y decidió enterrarlo bajo toneladas de olvido. No iba a ser ella quien dijese que no era la mejor madre del mundo.\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n
sioc:created_at
  • 2008-10-05 20:12:22
is sioc:creator_of of
is opmo:effect of
sioc:has_container
sioc:has_creator
sioc:has_reply
opmo:pname
  • http://lacomunidad.elpais.com/kovalam90/2008/10/6/madrid-barajas-1970 (xsd:anyURI)
sioc:title
  • Madrid-Barajas. 1970
rdf:type

Metadata

Anon_0  
expand all