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 Hay dos días en el año especiales como ningún otro, dos días que espero siempre con la ilusión intacta de una niña chica: el de Reyes y el de mi cumpleaños.\n\nEl primero trae recuerdos de noches previas de nervios, de esperas eternas hasta que el sueño vencía y despertares de un salto en cuanto se oía el primer ruido en la casa. Trae de la mano el momento de bajar por las escaleras y encontrarse el salón decorado con multitud de paquetes, aunque nunca como aquel año en que a mis padres les dió un siroco o ganaron algún dinero extra, porque una cantidad ingente de cajas multicolores rebosaron aquel enorme habitación y se extendieron por el cuarto donde veíamos la televisión. Ser ocho hermanos hace mucho por el resultado final, multiplicar por ese número 2, 3 ó 4 regalos convierte cualquier casa en lo más parecido al almacén central de S.A.R. los Reyes Magos de Oriente. Algo absolutamente inolvidable.\n\n\n\nEl día de mi cumpleaños adquirió toda su importancia con los años y la independencia económica, me encanta celebrarlo reuniéndome con mis amigos. Verles a todos juntos, con sus sonrisas, su paquete-sorpresa en la mano y su abrazo, celebrar que ellos siguen estando ahí un año más, que yo sigo estando aquí. Un poco más mayor, un poco más aterrizada, me gustaría suponer que con la lección un poco más aprendida.\n\nHan habido días de cumpleaños más "pequeños", con celebraciones en petit comité, solo con los más, más cercanos, felices en su tamaño bonsai, porque no siempre el cuerpo nos pide jarana, pero que realmente luego no dejan mucho recuerdo. Y han habido otros memorables por unas otras razones, como el primero en el que quise, y pude, pagar de mi bolsillo la cuenta de aquella estupenda cena para los trece amigos que éramos piña en aquellos tiempos.\n\nO aquel otro, tras mi separación, en que no hay forma de encontrar una solo foto, entre las muchas que se hicieron esa noche, en la que no esté riéndome de oreja a oreja, la viva imagen de la felicidad. Seguimos recordando las amigas a aquella familia que estaba empezando a atacar los postres cuando llegamos al restaurante y que alargaron estos y los cafés hasta lo imposible solo por asistir al espectáculo de risas y fiesta que aquellas 10 chicas se tenían montado.\n\nAunque ningún cumpleños ha superado aún al de los 40 años, una fecha para mí redonda, maravillosa, perfecta. El punto medio exacto, y subjetivo, de mi vida.\n\nCuatro días de celebraciones que empezaron con una cena-sorpresa romántica hasta lo indecible, terminaron con una llamada-sorpresa que me reconciliaba con alguien muy querido, y pasaron por la super fiesta en la que casi 40 personas, amigos la mayoría de muchos años, me acompañaron en un momento tan especial. Eso si fue como para ponerlo en un marco.\n\n\n\n.............................................................................................................\n\n\n\nY todo esto ¿a qué viene?. Pues viene a que hoy es mi cumpeaños y, se supone, yo tenía que tener ya las pilas puestas para organizar las cosas para el almuerzo que haré mañana en el monte: fideuá, ensalada y tarta, vino, cerveza y sidra junto a unos 15 amigos para festejar el soplar las velas un año más hasta que el guarda forestal nos eche con las primeras sombras pero... desde ayer las nubes han invadido el cielo y dejado escapar momentos de lluvia, mi Capitán ha avisado que razones de fuerza mayor le obligan a posponer la entrega de su regalo, mi hijo debe estar colgado de la Wii de su amiga porque aún no se ha acordado de coger el teléfono para felicitarme, y...¡¡¡¡al despertar me he encontrado con un surtido variado de cagadas de mi perro decorando el pasillo y el salón!!!!. Demasiadas cosas juntas en un día que se espera con ilusión.\n\nComprenderan que esté valorando seriamente la posibilidad de meterme en la cama con un libro y no salir hasta el sábado. ¿Qué voy a hacerle? las nubes me deprimen.\n\n\n\n
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