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Existen diferentes maneras de ver o visitar una ciudad. Una seria dejarnos llevar por alguno de los itinerarios recomendados de alguna guía de confianza que hayamos llevado; otra seria el hecho de ir paseando y dejarte llevar por tu instinto aventurero, donde seguro que acabarás en alguna calle o bar de mala muerte y pensando como narices has llegado hasta allí, eso si, puedes llegar a hacer muchos amigos de más o menos reputación; también puedes llegarte hasta alguna oficina de turismo y que sean ellos quienes te recomienden un itinerario a seguir, donde seguramente también iras a parar al mismo bar de mala muerte de antes, allí te encontrarás con los amigos que habrás hecho anteriormente; por último estaría apuntarte en un tour guiado, esta es la opción que escogimos para visitar una parte de la ciudad de Ámsterdam, concretamente la del famoso barrio rojo, lugar de drogas y prostitución, bueno así es como se nos pinta, eso si, todo legal. \n\nEl tour empieza con un par de recomendaciones, una, no hacer fotos a según quien o en que lugar, a no ser que en el mejor de los casos queramos acabar dándonos un baño en uno de los muchos canales que hay; dos, y esta va dirigida concretamente a las mujeres, nada de murmurar sobre la pinta o la manera de estar de alguna de las trabajadoras sexuales –así es como se las llama aquí- a menos que se quiera ir a hacer compañía al de las fotos de antes, ahora bien, los hombres podemos mirar todo lo que nos de la gana. \n\nUna vez dadas las convenientes advertencias, nos dirigimos hacia un hotel situado en la esquina de las calles Zeedijk y Prins Hendrikkade, este sitio es conocido por que el trompetista y cantante americano de jazz Chet Baker se alojaba con bastante frecuencia y fue en este mismo lugar donde murió el 13 de mayo de 1988. El porque de tanta visita aeste hotel según dicen las malas lenguas, no es otra que su fiel relación entre el barrio rojo (justo empieza a escasos veinte metros) y su adicción a las drogas, concretamente a la heroína. Curiosamente no murió de sobredosis, y aquí esta el misterio aún por resolver, su cuerpo se halló en el suelo, delante de la entrada del hotel y justamente debajo de la ventana de su habitación, puerta de la cual estaba cerrada con llave por la parte de dentro.\n\nEl barrio rojo empezó a hacerse famoso gracias sobretodo a las numerosas visitas de los marineros que llegaban en sus barcos mercantes, después de pasarse varios meses en alta mar, al puerto de Ámsterdam, ya que era lo primero que se encontraban al poner un pie en tierra. Aquí les esperaba la bebida, en aquel tiempo sobretodo la ginebra, y las prostitutas. Los marinos se dejaban embaucar fácilmente por cualquiera de ellas, estas los emborrachaban, realizaban sus servicios –previo pago- y después les venían con el cuento de que no se podían embarcar sin haber curado sus pecados, ya que si así lo hacían y naufragaban irían a parar al infierno, pero por unas pocas monedas conocían a un cura que les perdonaría las culpas. Debido al gran movimiento de gente que se empezó a producir en la ciudad –no hemos de olvidar que esta era una de las entradas principales- la clase burguesa no podía tolerar todo aquel mal ambiente que se iba adueñando de su ciudad, por todo esto se prohibió que las mujeres fueran por la calle buscando clientela. Entonces entró en juego el ingenio holandés, en casa donde se ejercía la prostitución, pusieron un farol de color rojo, de manera que se supiera rápidamente donde estaban localizadas. Esta es una de las muchas teorías que hay sobre los inicios de este barrio y su peculiar color. En la esquina entre la calle Zeedijk y Warmoesstraat, podemos encontrar un bar donde tomar entre otras cosas, buena ginebra. Este es seguramente uno de los locales más antiguos de la zona, en su época y debido a la gran cantidad de alcohol que se consumía, otra ley prohibió la venta de ginebra, y volvió a aparecer la astucia holandesa, el propietario cambio el cartel, y en vez de ser un bar como era hasta ese momento, lo convirtió en un local de degustación de la ginebra. La clase alta la tomo con el aduciendo que seguía vendiendo alcohol, él dueño les dijo que allí lo que realizaba eran degustaciones. De esta manera se salió con la suya, ahora bien, si uno quería podía tomarse hasta veinte chupitos o más y del todo legal.\n\nA partir de este momento empezamos a introducirnos por las calles i callejones del barrio, a lo largo del recorrido vamos viendo diferentes bares, locales, clubs o discotecas donde cualquier persona puede encontrar lo que venga a buscar, sea de la condición sexual que sea. En esta visita uno puede llegar a saber muchas cosas acerca de las trabajadoras sexuales, cuanto cobran por servicio, si tiene o no protección, cuantas horas al día están en las cabinas y cuanto pagan por ellas, si pueden escoger a los clientes, que significan los diferentes colores de fluorescentes que hay, los significados de las banderas que se pueden ver a la entrada de los locales, que ocurrió cuando hicieron la prueba con un trabajador sexual, y sobretodo que futuro les espera a partir del 2009.\n\nLa verdad es que es un itinerario que vale mucho la pena, ya no solo por su contexto histórico –que lo tiene y mucho- si no por hecho de pasar por lugares que seguramente uno mismo no pasaría –y no por miedo, ya que Ámsterdam se podría decir que es una de las ciudades más seguras y hay cámaras por todas partes, no hay que olvidar que aquí nació el reality “gran hermano”, si no por desconocimiento de los lugares de la zona-. Si alguien se anima a realizar este tour u otros que se ofrecen tanto en inglés como en castellano, saber que se hacen todos los días del año a excepción del día de la reina. La empresa que los realiza también ofrece tours en diferentes ciudades. \n\nPara saber más: www.newamsterdamtours.com \n
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