\n\nlisi. 11-06-08. DMC-TZ3 LUMIX de Panasonic (Objetivo Leica DC Vario-Elmar de 10x equivalente a 28-280 mm.). Madrid. La rosaleda. El Retiro\n\n*\n\nPaseaba con mi amigo y, en un momento dado, comprendí que aquello no era Japón, era la China. Me parecía interesante poder estar allí porque también es uno de esos lugares que deseo conocer pero recordé que M., o tal vez C., me contó a su regreso que es un país en el que no se pueden visitar todos los rincones porque algunos lugares están vedados. No veía las naranjas y tampoco encontré a M., una amiga que, como antes C., ahora viaja sola por la República. \n\nEn fin, no quiero extenderme demasiado; después de ir de un lado a otro con mi amigo, conociendo distintos espacios, a veces bellísimos, a veces con oscuras celdas y enormes puertas de hierro gris... llegó un momento en que topamos con el límite del territorio, marcado por un enorme barranco vertical y profundísimo: imposible de bajar sin una escala; tampoco se podía seguir. Observé, asomándome al precipicio, que no habria ninguna escalera que pudiera ser tan larga. Hace unos meses leí La mujer de arena de Kobo Abe y esta situación era simétricamente opuesta, en lugar de subir había que bajar, en lugar de arena había una vegetación axuberante, flores, agua... que se transformaron, al asomarme, en una lisa roca sin fisura alguna para poder apoyar los pies en la escalada. \n\nFinalmente encontramos en una vertiente una liana gruesa de color blanco y una cuerda fina de colores; mi amigo bajó un poco por la cuerda y volvió a subir enseguida; me dijo que ni lo intentara, que no se podía, que la cuerda estaba en muy mal estado, muy usada, rota, en algunos tramos sólo sujeta por un hilo y que la liana estaba completamente nueva pero no llegaba hasta el suelo... Yo sabía que no había otra elección, y le contesté que por difícil que fuese había que intentarlo, que era necesario; me armé de valor y comencé a bajar poco a poco trenzando la cuerda y la liana para mejorar la sujeción. Después de muchísimas dificultades y riesgos en los que no me detengo, me fui acercando poco a poco al fondo y, de pronto, todo se volvió sencillo, el suelo se inclinó suavemente hasta hacerse horizontal y sólo tuve que dejarme caer. \n\nTodo era agradable allí, como un déjà vu de aquel paraíso que describe Dostoyevski en El sueño de un hombre ridículo; alguien conocido y desconocido a la vez me sonrió a modo de bienvenida y una sensación maravillosa me hizo respirar hondo y sentirme realmente bien; por fin estaba en mi sitio. Con ella me desperté.\n\n\nlisi. 19-01-09\n\n[...] colocáis por encima de todo esta vida y yo estaba dispuesto entonces a suprimirla con su mentira, de un tiro, mientras que mi sueño, ¡oh!, mi sueño se ha convertido para mí en anunciador de una vida nueva, inmensa, regenerada y fuerte. Dostoyevski El sueño de un hombre ridículo.\n\n*\n\n\n\nChavela Vargas - Que Te Vaya Bonito\nFrom: nperry5000
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\n\nlisi. 11-06-08. DMC-TZ3 LUMIX de Panasonic (Objetivo Leica DC Vario-Elmar de 10x equivalente a 28-280 mm.). Madrid. La rosaleda. El Retiro\n\n*\n\nPaseaba con mi amigo y, en un momento dado, comprendí que aquello no era Japón, era la China. Me parecía interesante poder estar allí porque también es uno de esos lugares que deseo conocer pero recordé que M., o tal vez C., me contó a su regreso que es un país en el que no se pueden visitar todos los rincones porque algunos lugares están vedados. No veía las naranjas y tampoco encontré a M., una amiga que, como antes C., ahora viaja sola por la República. \n\nEn fin, no quiero extenderme demasiado; después de ir de un lado a otro con mi amigo, conociendo distintos espacios, a veces bellísimos, a veces con oscuras celdas y enormes puertas de hierro gris... llegó un momento en que topamos con el límite del territorio, marcado por un enorme barranco vertical y profundísimo: imposible de bajar sin una escala; tampoco se podía seguir. Observé, asomándome al precipicio, que no habria ninguna escalera que pudiera ser tan larga. Hace unos meses leí La mujer de arena de Kobo Abe y esta situación era simétricamente opuesta, en lugar de subir había que bajar, en lugar de arena había una vegetación axuberante, flores, agua... que se transformaron, al asomarme, en una lisa roca sin fisura alguna para poder apoyar los pies en la escalada. \n\nFinalmente encontramos en una vertiente una liana gruesa de color blanco y una cuerda fina de colores; mi amigo bajó un poco por la cuerda y volvió a subir enseguida; me dijo que ni lo intentara, que no se podía, que la cuerda estaba en muy mal estado, muy usada, rota, en algunos tramos sólo sujeta por un hilo y que la liana estaba completamente nueva pero no llegaba hasta el suelo... Yo sabía que no había otra elección, y le contesté que por difícil que fuese había que intentarlo, que era necesario; me armé de valor y comencé a bajar poco a poco trenzando la cuerda y la liana para mejorar la sujeción. Después de muchísimas dificultades y riesgos en los que no me detengo, me fui acercando poco a poco al fondo y, de pronto, todo se volvió sencillo, el suelo se inclinó suavemente hasta hacerse horizontal y sólo tuve que dejarme caer. \n\nTodo era agradable allí, como un déjà vu de aquel paraíso que describe Dostoyevski en El sueño de un hombre ridículo; alguien conocido y desconocido a la vez me sonrió a modo de bienvenida y una sensación maravillosa me hizo respirar hondo y sentirme realmente bien; por fin estaba en mi sitio. Con ella me desperté.\n\n\nlisi. 19-01-09\n\n[...] colocáis por encima de todo esta vida y yo estaba dispuesto entonces a suprimirla con su mentira, de un tiro, mientras que mi sueño, ¡oh!, mi sueño se ha convertido para mí en anunciador de una vida nueva, inmensa, regenerada y fuerte. Dostoyevski El sueño de un hombre ridículo.\n\n*\n\n\n\nChavela Vargas - Que Te Vaya Bonito\nFrom: