Érase una vez una rana que retozaba contenta en su charca. Se le acercó una gaviota y le preguntó si podía beber un poco en su charca, pues el mar aún lo tenía lejos y tenía sed. La rana accedió si le explicaba que era eso del Mar. \n\nLa gaviota se sorprendió de la pregunta y no podía comprender que la rana nunca hubiera visto el Mar. Le intentó explicar que era un lugar con mucha, mucho agua y azul, y la rana preguntó a la gaviota: \n- ¿es como dos veces mi charca? \n- La gaviota respondió que no, que era mucho más grande. \n- ¿Es como tres veces mi charca? \n- La gaviota siguió diciéndole que era mucho más grande.\n- ¿Es como cuatro veces mi charca? -seguía preguntando la rana \n- La gaviota cansada le dijo, sube y ven, que te llevo a ver el mar. \n\nLa Rana subió en la espalda de la gaviota y se fueron hacia el mar. Cuando llegaron la gaviota, frente a esa inmensidad azul, le dijo a la Rana :\n- Mira, eso es el mar.
La rana miró el Mar y se murió.\n\n\n
Sé que es un cuento con final triste, pero cuando me lo explicaron me gustó y lo interpreté a mi filosofía sobre los viajes. Hay personas que nunca han viajado y no pueden entender lo que explicamos los viajeros sobre otros países. Como hay montañas y montañas de hielo en Chile y Argentina, como hay lagos en Africa que son como mares y que los hay de colores y con millones de aves que lo tiñen de rosa, o sabanas repletas de animales salvajes donde el hombre es un observador extraño. Antes de viajar hay que imaginar. Y el Planeta Tierra es maravilloso, pero no deja de ser un puntito en la inmensidad del Universo. Como definió Carl Sagan, un científico de la Nasa , el planeta Tierra, es como un granito de arena de una gran playa, donde la arena son otras estrellas del espacio. Si nos cerramos en nuestro pequeño mundo, como la rana a su pequeña charca, podemos morir si un día nos enseñan la belleza y la inmensidad de nuestro mundo. \n\n\n\n\n\n\n\n\n\n
![[This page as RDF]](http://webenemasuno.linkeddata.es/static/rdf-icon.gif){kind=icon}