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 Todos sabemos que una fotografía vale más que mil palabras. Y que todos queremos tener instantáneas como recuerdos de nuestras aventuras viajeras. Por eso la mayoría de nosotros llevamos cámaras, aunque tan solo sea una pequiñita y compacta digital. Aunque también debo referirme a un conocido viajero que dice no llevar cámara fotográfica pues de tenerla dice que la vendería para viajar más.\n\nA mi cada vez me cuesta más hacer fotografías. Al principio lo fotografiaba todo y ahora tan solo me siento libre fotografiando paisajes o animales. Cada vez me cuesta más fotografiar personas. Siento como si vulnerase su intimidad, como si les robase el alma, como muchos de ellos piensan y te transmiten. Por supuesto está el pedir permiso, pero aún así me és dificil.\nYo me imagino saliendo de casa hacia el trabajo y encontrándome con un grupo de japonéses fotografiándome y creo que no me gustaría. Y para ellos seguro que serían fotos valiosas, de un joven diferente a ellos, blanquito de piel y con poco pelo.\n\nEntonces está el dilema de guardarnos el recuerdo en nuestra memoria o traspasar ese prejuicio y llevarnos la instantánea. La pregunta no es fácil de responder, pues cuantos de nosotros, viajeros, tenemos entre nuestros álbums, fotos preciosas, de una mirada cálida, de un rostro que trasmite paz, alegría, vida, o reivindicación. Un rostro humano nos hace sentir tantas cosas. ¿Cuántos artistas, pintores, poetas, escritores....y porqué no fotógrafos, han dedicado la mayor parte de su obra, en transmitir el poderoso mensaje de una mirada o de un cuerpo humano? \n\nY es que la fotografía también tiene una transcendencia comunicadora de conocimiento y de información. Los primeros viajeros que llegaron con sus fotografías en blanco y negro de sus aventuras, daban prueba con ellas de la existencia de otras formas de vida, de otras culturas, razas y formas de vestir o no vestir. ¿Debemos renunciar a ello? \n\nQuizás la respuesta esté en una actitud intermedia, de fotografiar pero con sumo respeto al fotografiado. Con su consentimiento o a través de esas fotos "robadas" sin que el fotografiado se sienta ofendido, como esas fotografías que tienen tanta naturalidad y son tan maravillosas, que tantas palabras nos ahorran, que son poesía y que encierran todo un mundo... al menos para nosotros.\n
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