LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_LORENZO_2009_1_26_ISLA-RODRIGUES

Rodrigues es la isla menor de las Mascareñas, archipiélago formado por la Isla Mauricio y la Isla de la Reunión. Y Rodrigues es la mejor, pues como suele pasar con las islas menos visitadas y menos famosas son las más auténticas. En Rodrigues no viven del turismo y son parte del paisaje la agricultura y la ganadería. En cada rincón de la Isla es fácil encontrarse vacas, cabras o cerdos campando a sus anchas (cosa inverosímil en las otras dos Islas de las Mascareñas) y muchos lugareños pescando en el arrecife de coral o cultivando sus tierras. Pocos turistas recorren la isla y la gente es muy acogedora. Es una isla ventosa y muchos árboles están moldeados por los alisios. No tiene altas montañas pero si muchas colinas de altitud que ronda los 300 metros. Pequeñas montañas repletas de vegetación, que aunque no autóctona (pues los piratas arrasaron con toda la madera y tortugas del lugar, ya que Rodrigues era una isla deshabitada y servía como lugar de abastecimiento), de un gran verdor. Para contemplar la belleza de Rodrigues hay que subir a sus colinas. Desde lo alto resalta su línea de la costa y su gran “lagoon” (espacio entre el arrecife de coral y tierra) de todas las tonalidades de azules turquesa. Toda la isla está bien protegida por el arrecife de coral que la rodea y solo algunos canales permiten entrar a las embarcaciones. \n\n

Paisaje también agreste, rocoso, con enormes cactus o aloe vera. Y junto a las playas grandes arboledas para tumbarse y escuchar el viento, para descansar del sol, para soñar. \n\n

Al atardecer, cuando regresaba a Port Mathurin para dormir, en el barato y excelente Ciel d’Eté, de los árboles de las colinas empezaba un gran espectáculo. Los murciélagos gigantes empezaban a volar. Eran del tamaño de grandes pájaros y cruzaban la carretera saltando de entre los árboles.\n\n

Una isla fascinante que se puede recorrer fácilmente a pie y que esconde enormes sorpresas y como todas las pequeñas Islas que fueron visitadas por los piratas, dicen también que esconde algún tesoro. Aunque más de uno ha dedicado su vida en encontrarlo todavía no ha aparecido. Para mi su tesoro es ella misma. Solo pasé seis días pero su encanto me atrapó y me hizo un poco poeta pues me inspiró estos modestos versos:\n\n

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Huesos cansados en un frío invierno de diciembre,\n\n

Mi cuerpo entumecido sin fuerzas para vivir\n\n

Días lentos, cortos, grises como siempre\n\n

Pasan las horas y solo pienso en sobrevivir.\n\n

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Sueño con el sol acariciándome la piel,\n\n

Contagiándome con su música y su pasión,\n\n

Como un dulce manjar de frutas y de miel,\n\n

Amigo fiel que juega con fuego e ilusión.\n\n

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No puedo más con esta larga oscuridad\n\n

Que consume mis días sin parar\n\n

Quiero escapar y tu Estrella me tienes que guiar.\n\n

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Cierro los ojos y ya te siento cercano \n\n

Y solo con pensarte me hace revivir \n\n

Como un enamorado no puedo estar lejos de ti.\n\n\n\n\n\n